Un inmigrante africano pasó varias horas subido a un farol, o un poste de luz, a 10 metros de altura en la frontera entre España y Marruecos, en Melilla, una ciudad española autónoma ubicada en el norte de África.
El hombre del Sahara se negó a bajar, aunque el poste se encontraba situado en territorio español. El joven no quería bajar por miedo a ser deportado.
Luego que las fuerzas ya no le daban empezó a notar los síntomas de cansancio y casi cae al suelo. Al final, la Cruz Roja lo convenció para que bajara y en el último tramo, ya exhausto, cayó al suelo.
El viernes más 800 inmigrantes intentaron ingresar en la ciudad, pero solo 10 lo consiguieron.
La semana pasada, centenares de inmigrantes bajaron del monte Gurugú, en Marruecos, donde se refugiaban, con la intención de saltar la valla perimetral de Melilla y entrar en territorio Español. Sin embargo, agentes de la Gendarmería marroquí y la Policía española lo impidieron.