Cinco personas de una misma familia, tres de ellas niños, murieron este lunes 16 de junio al explotar una bomba al paso de la furgoneta en que viajaban en el sur de Afganistán, informó a Efe una fuente oficial.
Los fallecidos son tres menores y dos hombres que iban en el vehículo cuando a las 9.30 hora local (5.00 GMT) explotó una bomba en la cuneta de la carretera en la zona de Sarkari, en la provincia de Kandahar, dijo el portavoz del gobernador provincial, Rehman Durrani.
Ni los talibanes ni ningún otro grupo han reclamado la autoría del incidente.
La semana pasada cinco civiles murieron al estallar una bomba colocada en una cuneta en el norte del país asiático, en la provincia de Faryab, mientras se dirigían al hospital después de que dos de ellos fueran heridos en un ataque talibán.
Los artefactos explosivos improvisados (IED, siglas en inglés) son, junto a los atentados suicidas, los métodos más recurrentes de los talibanes para golpear a las fuerzas afganas e internacionales, aunque en la práctica causan un elevado número de víctimas civiles.
Según un informe publicado por la ONU en febrero, los IED colocados por los insurgentes fueron la principal causa de bajas civiles en Afganistán en 2013 y provocaron 962 muertes -de un total de 2.959- y 1.928 heridos -de un global de 5.656-.
El conflicto afgano se halla en uno de sus momentos más sangrientos desde la invasión de EEUU que propició la caída del régimen talibán hace doce años.
Las tropas internacionales comenzaron en 2011 a retirarse gradualmente de Afganistán y a transferir por fases la competencia de la seguridad al Ejército y Policía afganos.
La ISAF concluirá su misión en Afganistán a finales de este año, pero Estados Unidos ha anunciado que mantendrá unos 9.800 soldados en el país hasta completar su salida total a finales de 2016.
EFE