Debido a su alta declinación (58°), las regiones australes, al encontrarse a 32º de altura, no pueden disfrutar de este momento único.
Las Perseidas son más fáciles de ver en el hemisferio norte. Esta lluvia debe su nombre de la constelación de Perseo, de donde es radiada.
También se les llama lágrimas de San Lorenzo ya que el día de este santo es el 10 de agosto. Este religioso fue quemado en la hoguera, y la coincidencia del fenómeno con su día, hicieron que los coetáneos de la Edad Media piensen que eran sus lágrimas.