(Madrid, 14 de noviembre. DPA) - Es la cara que buscan todos en los actos del partido, el que da los discursos más esperados y aplaudidos y quien ha fijado la estrategia hacia el Palacio de La Moncloa. Desde este sábado, además, Pablo Iglesias será el líder incontestable de Podemos, el partido que ha dinamitado el tablero político de España.
La nueva formación de izquierdas clausura en Madrid varias semanas de “asamblea ciudadana” en las que fijó su estructura, su estrategia y sus principios políticos y éticos en un proceso de votación abierto a todo el que quiso participar.
Mañana sábado anunciará en un teatro del centro de la capital española el resultado de la elección más esperada: la del secretario general. Nadie duda de que el profesor universitario de Ciencia Política, de 36 años, se habrá impuesto sobre los otros cerca de 70 candidatos en una votación que se cerraba la medianoche del viernes.
Iglesias pronunciará entonces su primer discurso como cabeza oficial de Podemos y estará arropado por Alexis Tsipras, el líder de Syriza, la formación griega que protagoniza un fenómeno parecido al del partido español, heredero del movimiento de los indignados.
Iglesias pronunciará entonces su primer discurso como cabeza oficial de Podemos y estará arropado por Alexis Tsipras, el líder de Syriza, la formación griega que protagoniza un fenómeno parecido al del partido español, heredero del movimiento de los indignados.
Con menos de un año de vida, Podemos ha hecho saltar por los aires el tablero político español y no solo desconcierta, también hace temblar, al Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy y al Partido Socialista (PSOE) de Pedro Sánchez, que desde el final de la Transición a la democracia se han alternado en el poder.
Lo ha logrado con Iglesias como figura protagonista a la que acompañan los polítologos y profesores de la Universidad Complutense que fundaron con él Podemos.
Este hombre de pelo largo y coleta que se dio a conocer en las tertulias políticas televisivas, que presenta él mismo un programa de televisión por Internet, que habla de “casta” para designar a políticos y cualquier tipo de élite y que no duda en contar que compra su ropa en un supermercado es el epicentro del terremoto.
Desde que en mayo, con apenas cinco meses, Podemos irrumpió ganando cinco eurodiputados en las elecciones europeas, su ascenso en las encuestas fue trepidante hasta consolidarse como tercera fuerza política.
Un hecho sin precedentes en España que no termina ahí, porque Podemos tiene opciones de ganar las elecciones generales que se celebrarán en un año. Y consciente de ello, Iglesias ha ido suavizando un discurso que los más críticos atacan como “populista” y equiparan con los de Hugo Chávez, Nicolás Maduro o Evo Morales.
En Podemos se refugian votantes indignados con los escándalos de corrupción que sacuden sobre todo al partido de Rajoy pero también a los socialistas. Y buscan asimismo cobijo los votos futuros de desencantados con un sistema cuyos fallos y contradicciones hicieron aflorar estos siete años de crisis económica.En el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS, estatal), el estudio con más reputación del país, se situó primero en intención de voto directa, delante del PP y del PSOE. En estimación de voto fue tercero, pero su cercanía a esas dos formaciones cuanto menos avanza el final del bipartidismo español.
A partir de este sábado, Iglesias y su equipo comenzarán a trabajar para 2015, año electoral. En mayo hay comicios municipales y autonómicos y, aunque el partido no concurrirá con marca propia, sí habrá integración y pacto con otras candidaturas de la izquierda.
El sábado se sabrá también quiénes integran el consejo ciudadano (comité de dirección política) y la comisión de garantías (órgano que dirime los conflictos internos). Los analistas apuntan el posible control de Iglesias, que presentó listas completas de candidatos, lo que puede haber favorecido las votaciones en bloque.
En los últimos días se escucharon críticas internas al movimiento porque dificulta integrar sensibilidades. De hecho, Pablo Echenique, compañero de Iglesias en el Parlamento Europeo, se retiró como candidato como crítica a un método que anula, dice, la competencia.
Que Podemos no se presente con su marca a los comicios de mayo es decisión de Iglesias, cuyas propuestas estratégicas y organizativas se impusieron por abrumadora mayoría en las votaciones de hace unas semanas. La razón es cuidar al partido de cara al gran objetivo, que es La Moncloa en noviembre de 2015. Y a partir del sábado toca fijar las líneas maestras del programa político con la vista puesta en el palacio de gobierno.