E.ON ha cerrado la venta de todos sus activos en España y Portugal a Macquarie por 2.500 millones, según la compañía alemana. No obstante, la operación todavía está pendiente de recibir el visto bueno las autoridades europeas de competencia.
La venta de los activos españolas forma parte de la estrategia de retirada paulatina del gigante alemán de la energía de sus inversiones en el sur de Europa. La decisión está justificada por un mercado que ha soportado una recesión económica durante seis años y por los cambios normativos trascendentes que han reducido la rentabilidad de las empresas de energía en España. E.on también está ultimando la venta de sus activos en Italia.
La previsión de Macquarie, cuando la operación tenga todos los beneplácitos, es dividir en dos compañías los activos adquiridos. Uno se encargaría de gestionar la actividad regulada y la otra, la no regulada.
Para el consejero delegado de E.ON, Johannes Teyssen, dijo que “el resultado de la venta incrementará la flexibilidad financiera de E.ON y reforzará nuestro balance”.EL PAIS
