(Nueva York, 10 de diciembre – AFP).- El príncipe Guillermo y su esposa Catalina coronaron este martes su primera visita oficial a Estados Unidos con una cena de gala con el fin de recaudar fondos para la universidad donde se enamoraron.
La duquesa de Cambridge, resplandeciente en un vestido de noche azul de la diseñadora británica Jenny Packham, con el cabello recogido en un moño y pendientes de diamantes, subió los escalones del Museo Metropolitano de Arte con una enorme sonrisa en su rostro.
El objetivo de la cena era celebrar el 600 aniversario de la Universidad de St. Andrews, en Escocia, y recaudar dinero para becas escolares.Ella, embarazada de cinco meses de su segundo hijo, y su marido, que estaba vestido con esmoquin y corbata, se mezclaron con los invitados en el patio Vélez Blanco del museo.
Antes, Guillermo y Catalina habían ofrecido una ofrenda floral en el Memorial del 11 de septiembre en Nueva York.
Después de haberse reunido -en agendas separadas- el lunes con la élite estadounidense, con el presidente Barack Obama en Washington o estrellas del R&B como Jay Z y Beyoncé en Nueva York, la pareja inició muy temprano su tercer y último día de visita.
El edificio fue construido sobre las bases de las desaparecidas torres gemelas World Trade Center y junto al lujoso rascacielos One World Trade Center que las reemplazó.Bajo una lluvia fría, Guillermo y Catalina abrieron sus paraguas para acudir al Memorial de mármol negro antes de visitar el museo que conserva los restos de unas 3.000 víctimas de los atentados de Al Qaida el 11 de septiembre de 2001.
La duquesa de Cambridge iluminaba el ambiente gris con un vestido color cereza de la lujosa marca británica Mulberry, que los expertos de la realeza cifraron en 2.355 dólares.
La pareja también visitó el barrio SoHo donde se encontraron con jóvenes artistas yacudió a una recepción dedicada a talentos británicos, donde participó el actor Patrick Stewart, quien encarnó al profesor Xavier en la saga “X Men”.
Guillermo, segundo en la sucesión al trono británico detrás de su padre, el príncipe Carlos, y Catalina (ambos de 32 años) iniciaron su visita la noche del domingo con una agenda diplomática y económica para promover intereses británicos.
La visita revive la realizada por el príncipe Carlos y la princesa Diana en 1985.