El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos compareció este jueves ante el Consejo de Seguridad para expresar su preocupación por el deterioro de la situación de los derechos humanos en Burundi.
Zeid Ra'ad Al Hussein alertó a los Estados miembros que la escalada de la violencia políticamente motivada y la historia del país de derramamiento de sangre y atrocidades presagian una posible crisis muy grave. Unas 145.000 personas ya han huido a países vecinos y este movimiento ha ido en aumento en los últimos días.
"Cuando empacan las escasas pertenencias que pueden llevar a cuestas para luego abandonar sus hogares y sus tierras, lo que los burundeses nos están contando es que temen que su país esté al borde de la violencia devastadora", dijo el Alto Comisionado.
El conflicto político estalló en Burundi a principios de abril, cuando el presidente Pierre Nkurunziza anunció su intención de presentarse a las elecciones para un tercer mandato, una decisión que la oposición denunció como inconstitucional.
Zeid denunció ante el Consejo que en los últimos meses se han cometido decenas de asesinatos de manifestantes y activistas por miembros de las milicias relacionadas al gobierno. Su oficina también ha documentado más de 300 arrestos arbitrarios y numerosos casos de tortura y otros abusos.
Como conclusión, el Alto Comisionado señaló que el pueblo de Burundi merece más que estos ciclos de impunidad, sufrimiento y destrucción. "Miran a este Consejo para que ejerza su autoridad con el fin de garantizar una solución política a esta terrible crisis", dijo Zeid