La representante especial de la ONU para niños en conflictos armados, Leila Zerrougui, se mostró particularmente alarmada por la muerte de niños en medio de las hostilidades en Sudán del Sur, que este jueves celebra su cuarto aniversario como país independiente.
Según Zerrougui los menores de Sudán del Sur han sido sometidos a asesinatos o mutilaciones, reclutamiento y uso como soldados, violencia sexual, secuestros, ataques contra escuelas y hospitales y negación al acceso humanitario.
Apeló a los líderes del país, tanto en el gobierno como en la oposición, a cumplir con la responsabilidad de proteger al pueblo sursudanés y detener el conflicto. Manifestó que no se conseguirá la paz sin justicia y rendición de cuentas y llamó al gobierno a dar cuenta de los responsables de violaciones.
Dio la bienvenida a las recientes sanciones del Consejo de Seguridad contra seis individuos como muestra de rendición de cuentas y pidió a ese órgano, a la Unión Africana y a los socios de Sudán del Sur que utilicen su influencia sobre las partes para poner fin a la violencia inaceptable.
Finalmente, Zerrougui señaló que Sudán de Sur no se puede permitir perder una generación de niños y afirmó que su protección es una inversión para la paz y el futuro del país y su gente.