La pequeña West Kardashian iba como un pequeño icono de la moda luciendo unos pequeños pantalones de cuero, botas de combate, una camisa de Mickey Mouse para no perder la ternura y una chaqueta universitaria con las mangas dobladas hasta los codos.
Kim por su parte, no perdió la costumbre de llevar un vestido ceñido color mostaza que no ocultó nada de como va su embarazo, acompañado de unas sandalias de tacón