Mientras la OTAN muestra preocupación por el posible apoyo armamentístico de Rusia a Siria para combatir al Estado Islámico, el ministro de exteriores ruso hizo un llamado a EEUU para unirse en su lucha contra estos islamistas radicales.
El mismo Serguéi Lavrov, llamó por teléfono al secretario de Estado norteamericano, John Kerry, para pedirle la unidad a la hora de combatir al grupo yihadista.
"Lavrov recalcó la necesidad de responder conjuntamente a los grupos terroristas que han capturado una parte importante de territorio sirio y amenazan la seguridad internacional", informó la Cancillería rusa en un comunicado.
El jefe de la diplomacia rusa subrayó que "el mayor peso de la lucha (contra los yihadistas) lo soporta el Ejército regular sirio".
Rusia ha propuesto a EEUU la creación de una coalición internacional, en la que también se integrarían Siria e Irán, para combatir a los yihadistas en todo Oriente Medio.
Evidentemente, puede que este llamado resulte un saludo a la bandera pues Estados Unidos no está a favor del gobierno sirio y pese a haber consolidado acuerdos nucleares con Irán, aún está muy lejos el día en que pueda llegar un entendimiento entre estas potencias del Oriente Medio.
Durante la conversación, a iniciativa estadounidense, Lavrov y Kerry también abordaron el arreglo del conflicto en el país árabe en base al Comunicado de Ginebra de junio de 2012, "que contempla el diálogo entre el Gobierno sirio y la oposición".
Según medios estadounidenses, en la conversación telefónica mantenida el pasado 5 de septiembre Kerry expresó a Lavrov su preocupación sobre una posible intervención militar rusa en el país árabe.
Entonces, Kerry "dejó claro que si los informes son ciertos, estas acciones podrían agravar aún más el conflicto, conduciendo a una mayor pérdida de vidas inocentes y a un aumento del flujo de refugiados".
De acuerdo con esa versión, Rusia habría incrementado el suministro de armamento pesado a Damasco y estaría preparando el terreno para una intervención militar, por lo que estaría habilitando con casas prefabricadas varios aeródromos del país árabe.
Al respecto, el viceministro de Exteriores ruso, Mijaíl Bogdánov, negó ayer cambios en la cooperación militar con Siria, sea en el estatus de la base naval de Tartus, en el despliegue de tropas o en el suministro de armamento.
"Comparado con años anteriores, la actual cooperación técnico-militar con Siria es bastante modesta", aseveró Bogdánov, quien dijo que los especialistas rusos destinados al país árabe tienen como función instruir a sus colegas en el uso del armamento.
A su vez, la Cancillería rusa insistió en que la ayuda militar rusa con destino a Siria tiene por objetivo el combate contra el Estado Islámico y otros grupos terroristas.
Tras el cierre ayer del espacio aéreo búlgaro para los aviones rusos, Moscú anunció hoy que tiene autorización de Irán para los vuelos de sus aparatos con destino al país árabe.
Con información de EFE