Los 200 primeros refugiados enviados desde Alemania llegaron esta mañana en autobús a Francia, donde fueron recibidos en los municipios de Champagne sur Seine y Cergy, en la región de París.
En Champagne sur Seine, los refugiados -básicamente sirios e iraquíes- fueron acogidos por miembros de la Cruz Roja, que en los días anteriores prepararon un edificio de 77 viviendas sociales vacantes.
Se trata de una solución temporal de “varios meses” mientras se regulariza su situación, según la responsable del organismo local de las viviendas sociales, Ouardia Petit-Jean,
En Cergy se han habilitado las instalaciones de un complejo utilizado normalmente para colonias escolares o para concentraciones de federaciones deportivas.
Allí también se alojarán de forma provisional mientras se les otorga un permiso de residencia, explicó el prefecto del departamento (delegado del Gobierno), Yannick Blanc.
Este primer contingente había salido en varios autobuses desde Múnich, adonde se han desplazado una decena de agentes del Organismo Francés de Protección de los Refugiados y los Apátridas (OFPRA).
El ministro francés de Interior, Bernard Cazeneuve, hizo hincapié en que se trata de “una acogida con los mejores estándares” ya que desde el principio estarán en edificios y serán atendidos por asociaciones.
En declaraciones a la prensa al término del Consejo de Ministros, Cazeneuve señaló la “voluntad de que Francia esté a la altura de sus principios, de su reputación”, pero también que “hay una dimensión europea” que se volverá a abordar en la reunión convocada el próximo lunes con los titulares de Interior y Justicia.
A ese respecto, insistió en la posición franco-alemana de que el dispositivo de acogida debe implicar “a todos los Estados de la Unión Europea” y que “Schengen supone una solidaridad para todo el mundo, no puede ser una solidaridad a la carta”.
También reiteró la idea de que el mecanismo de solidaridad propuesto por París y Berlín está condicionado a la creación en los países europeos a los que llega el grueso de los inmigrantes centros de criba para separar a los refugiados de los inmigrantes económicos.
Para estos últimos, el ministro francés dijo que hay que hablar con sus países de origen para establecer “un mecanismo de retorno” porque si no se habilitan mecanismos para su expulsión la acogida de los refugiados “no será sostenible”.
El presidente francés, François Hollande, anunció el lunes que su país está dispuesto a recibir a 24.000 refugiados en los dos próximos años y está previsto que esta semana lleguen un millar de Alemania.
Esta tarde el primer ministro, Manuel Valls, preside una reunión interministerial dedicada a la cuestión de la acogida de los refugiados, que será objeto de otra convocatoria de Cazeneuve con los alcaldes que se declaren voluntarios el próximo sábado.
El ministro les pidió a los alcaldes que acudan porque “cuanto más numerosos seamos, seremos más eficaces, y aseguró que “el Estado asumirá toda su responsabilidad”.
Fuente: EFE