El Programa Mundial de Alimentos (PMA) apoya la producción alimentaria en Burundi, a través de una iniciativa local de comedores escolares en cuatro provincias del país.
Ese esquema permite que los pequeños agricultores tengan mayores ingresos y que mejore la nutrición de los niños que asisten a la escuela.
Los agricultores burundeses están organizados en cooperativas que le venden al PMA sus productos. Esa comida forma parte de los desayunos que el organismo de la ONU distribuye diariamente en las escuelas.
Según datos del PMA, en Burundi sólo el 28% de la población tiene un acceso seguro a la alimentación y un 58% sufre desnutrición crónica.
De 1993 a la fecha, la producción agrícola per cápita ha disminuido un 24%, mientras que la población ha aumentado un 3% cada año. Como resultado de este desequilibrio, las familias gastan hasta dos tercios de sus ingresos en alimentos.
El PMA y la FAO han clasificado a Burundi entre los países más afectados por el alza de los precios de la comida.