“Me criaron las ratas y eso te hace más fuerte. Llegué a un punto en el que literalmente compartía mi comida con ellas. No tenía nada de dinero”, contó.
“Al principio, si una rata se había comido parte de mi pan, estaba en plan: ‘Ew’, y tiraba el resto de la barra. Pero llegó un momento en el que empecé a cortar solo alrededor del agujero que se había comido la rata”, continúa explicando.
Luego de vivir en la miseria por cumplir sus más anhelados sueños, sus padres empezaron a creer en ella.
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