Los servicios de inteligencia norteamericanos consideran que el ascenso de Ayman al Zawahiri a la jefatura de Al Qaeda eleva considerablemente el riesgo de un ataque terrorista en los próximos meses, ya que el nuevo líder necesitará algún gesto sobresaliente para demostrar su autoridad, aparentemente puesta en duda por otros círculos del radicalismo islámico.
Los responsables de seguridad de Estados Unidos dan por buena la comunicación de Al Qaeda en la que anuncia el relevo en la cúpula de la organización. El anuncio no ha sorprendido en Washington, aunque sí el tiempo transcurrido para hacerlo público -mes y medio desde la muerte de Osama bin Laden-, lo que podría indicar que Al Zawahiri, que actuaba como número dos desde hacía años, ha encontrado dificultades para ascender hasta el primer puesto.
Esas dificultades, según distintas fuentes anónimas que han hablado con los medios de comunicación norteamericanos, pueden prolongarse aún durante algún tiempo y hasta podrían llegar a convertirse en una razón para la división de Al Qaeda. "Vamos a ver cómo es capaz de tratar con una nueva generación de extremistas que discrepan de su estilo de liderazgo", afirma uno de los funcionarios citados por The New York Times.
Entre los documentos encontrados por la CIA en la residencia de Abbottabad (Pakistán) en la que fue abatido Bin Laden, aparecieron unos mensajes que recogían las discrepancias entre la dirección de Al Qaeda y algunas de las ramas que la integran sobre los mejores métodos a emplear en su lucha. Bin Laden insistía en la necesidad de atentados espectaculares, al estilo del 11-S, y criticaba otras acciones menores como las que suele ejecutar Al Qaeda en la península Arábiga, la rama más activa de la organización en estos momentos.
Si Al Zawahiri sigue la línea de Bin Laden, como tienden a creer los especialistas norteamericanos, es previsible que intentará demostrar con hechos que Al Qaeda puede volver a ser bajo su mandato el mismo grupo que sembró el desconcierto y el miedo en Occidente en los años recientes.
Oficialmente, Estados Unidos no se siente particularmente concernido por la persona que esté al frente de Al Qaeda. Los portavoces del Departamento de Estado y de la Casa Blanca insistieron en que se seguirá combatiendo a esa organización con la misma energía y contundencia que se ha hecho en el pasado.
Desde la muerte de Bin Laden, Estados Unidos ha intensificado sus ataques contra Al Qaeda en Yemen, el principal centro de operaciones de Al Qaeda en la península Arábiga, y ha anunciado una ofensiva aún mayor para evitar la expansión de ese grupo ante el vacío de poder existente en ese país. Entre las medidas previstas está la instalación de una base permanente de la CIA en Yemen para dirigir desde el terreno las acciones.