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viernes, 17 de junio de 2011

El 15-M prepara el 19-J

El Movimiento 15-M no quiere que la cobertura mediática de los episodios de violencia en Barcelona, que consideran desproporcionada, marque su agenda. Los indignados siguen a lo suyo: la protesta pacífica por la vía de acciones de desobediencia civil. Y la movilización en las calles. Ahora se quieren centrar en preparar bien la manifestación del próximo domingo. “Nos ha llegado información de que hemos puesto nerviosos a muchos poderes fácticos”, dice Jon Aguirre Such, portavoz de Democracia Real Ya. “Van a intentar usar su poder para boicotear el movimiento. Por eso hacemos un llamamiento público para que cualquier conato de violencia sea frenado por la presión popular de los que acudamos a las manifestaciones”.

Los indignados siguen indignados con la cobertura que los medios han hecho de los incidentes del miércoles ante el Parlamento de Cataluña. Consideran que se ha puesto el foco en unos incidentes violentos que fueron minoritarios. Incidentes organizados por individuos que no les representan. Estiman que no se ha prestado atención a las imágenes de la gente que intentaba contener a los violentos. “Está por ver quién está detrás de esos episodios violentos”, dice José Luis Serrano, portavoz de la Acampada de Sol. “No sería la primera vez que estuvieran generados por infiltrados de la policía”. Es más, ayer circulaban por Internet vídeos y fotos tomadas por indignados en los que se ve a un grupo de lo que ellos consideran son infiltrados de la policía. “Llevaban pinganillos, iban vestidos con prendas del estereotipo de aquellos a los que se asocia con acciones violentas. Pero su actitud era extraña, estaban muy musculados. Lo mejor es ver el vídeo”.

Los representantes del movimiento quieren dejar de hablar de violencia. La violencia no es una herramienta para ellos, así ha sido desde el principio. Otra cosa es que no puedan controlar las acciones de algunos, sean individuos que se suman a las protestas con objetivos y actitudes distintas de las que inspira el Movimiento 15-M o sean lo que sean. Su herramienta está clara y es contundente: reivindican la desobediencia civil. “Desafiamos y nos enfrentamos a leyes injustas”, dice Serrano. Recuerdan que es lo mismo que hicieron los negros en Estados Unidos cuando no les dejaban sentarse en los asientos delanteros de los autobuses. O los objetores de conciencia en España, que desobedecieron y se rebelaron hasta que años más tarde desapareció la mili obligatoria.

Su estrategia está clara. El miércoles consiguieron lo que califican de hecho histórico: parar el primer desahucio en Madrid. Ayer volvieron a parar otro en Parla. Ahora se centrarán en conseguir que este domingo la convocatoria de manifestaciones para protestar contra el Pacto del Euro sea un éxito. Es decir, entre otras cosas, que no haya violencia. Que acuda la gente que apoya la reivindicación que fue el origen de todo esto: “No somos mercancías en manos de políticos y banqueros”.

Por otro lado, su apuesta a medio plazo es seguir expandiéndose hacia los barrios. Que el movimiento se horizontalice todo lo posible. Que se internacionalice.

Lo que quieren es que se deje de hablar de episodios aislados y que se vaya al cogollo del asunto. Las cuestiones de fondo. El Movimiento 15-M considera que las democracias representativas sufren una crisis de legitimidad porque actúan al dictado de las instituciones financieras. El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Central Europeo y los mercados son los que marcan las políticas de los Estados. “Estas políticas económicas, asumidas por estos Estados como inevitables”, sostiene Serrano, “son las que conforman un determinado modelo productivo y social que margina a la mayor parte de la población, a los más desfavorecidos, sobre los que caerán los recortes económicos, sociales y políticos, en favor de los grandes capitales”.

La movilización del domingo se convoca contra el Pacto del Euro. El 15-M considera que, una vez más, en Europa se van a adoptar medidas que van contra los intereses de los ciudadanos y que a las instituciones financieras no se les toca un pelo. “Las medidas que proponen no tocan a los bancos ni abordan las cuestiones de corrupción, pasan de largo ante la tasa Tobin”, dice Olmo Gálvez, de DRY. “Desde la Comisión Europea nos siguen ofreciendo la vía de empobrecer a la ciudadanía como solución”.