El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) hizo un dramático llamado a la comunidad internacional para salvar la vida de unos 300.000 menores de edad en Somalia que sufren cuadros de malnutrición y corren el riesgo de morir por la hambruna que azota el país africano.
La situación en Somalia se está convirtiendo en una "catástrofe humanitaria", advirtió el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, en declaraciones a la prensa en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, en el marco del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria.
Lake lamentó que la crisis humanitaria en el Cuerno de África haya perdido en los últimos días el interés de la opinión pública y de la prensa. "No puede ser que la fatiga se apodere de nosotros ante un desastre así", dijo.
El diplomático estadounidense indicó que las estadísticas pueden "nublar la mente" a cualquiera pero recordó que se trata de "niños y niñas" cuyo sufrimiento, dijo, requiere de la comunidad internacional una respuesta "urgente, audaz y sostenida".
"En algunas áreas se están detectado niveles históricamente altos de desnutrición severa, lo que implica que el número de menores en esa zona que corren un riesgo inminente de perder la vida se acerca a 140.000", añadió el máximo responsable de Unicef.
Lake insistió en que no se está hablando de "simples víctimas" que puedan dar "lástima", sino de seres humanos "fuertes y valientes" que luchan en circunstancias "horribles" para sobrevivir, y que merecen el "apoyo" de la comunidad internacional.
Alertó de las consecuencias de la próxima temporada de lluvias que comienza en octubre en las regiones del centro y sur del país, las más afectadas por la hambruna, y dijo que la crisis "empeorará" porque no habrá una buena cosecha hasta comienzos del próximo año.
"Estamos en una batalla contra el tiempo", añadió el diplomático, quien instó a la comunidad internacional a no rendirse ni dejarse vencer por la desesperanza y movilizar la ayuda que sea necesaria para hacer frente a esta crisis.
El Cuerno de África sufre una grave crisis humanitaria que afecta a más de 13 millones de personas por las escasas lluvias y los efectos del cambio climático, lo que en el caso de Somalia, donde se ha decretado el estado de hambruna, se ve agravado por el conflicto y la falta de un gobierno efectivo en el país.
Somalia vive una permanente guerra civil y carece de un Ejecutivo efectivo desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país en manos de señores de la guerra tribales, milicias islámicas y bandas de delincuentes armados.
La debilidad y el enfrentamiento entre las instituciones transitorias somalíes ha permitido a la milicia radical islámica de Al Shabab, vinculada a Al Qaeda, acrecentar su poder y su dominio territorial en los últimos años.
Ese grupo, que ha puesto repetidos impedimentos a la entrega de ayuda humanitaria ante la presente situación de hambruna en el país, pretende derrocar al Gobierno transitorio y establecer un estado musulmán de corte wahabí en el Cuerno de África.
EFELa situación en Somalia se está convirtiendo en una "catástrofe humanitaria", advirtió el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, en declaraciones a la prensa en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, en el marco del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria.
Lake lamentó que la crisis humanitaria en el Cuerno de África haya perdido en los últimos días el interés de la opinión pública y de la prensa. "No puede ser que la fatiga se apodere de nosotros ante un desastre así", dijo.
El diplomático estadounidense indicó que las estadísticas pueden "nublar la mente" a cualquiera pero recordó que se trata de "niños y niñas" cuyo sufrimiento, dijo, requiere de la comunidad internacional una respuesta "urgente, audaz y sostenida".
"En algunas áreas se están detectado niveles históricamente altos de desnutrición severa, lo que implica que el número de menores en esa zona que corren un riesgo inminente de perder la vida se acerca a 140.000", añadió el máximo responsable de Unicef.
Lake insistió en que no se está hablando de "simples víctimas" que puedan dar "lástima", sino de seres humanos "fuertes y valientes" que luchan en circunstancias "horribles" para sobrevivir, y que merecen el "apoyo" de la comunidad internacional.
Alertó de las consecuencias de la próxima temporada de lluvias que comienza en octubre en las regiones del centro y sur del país, las más afectadas por la hambruna, y dijo que la crisis "empeorará" porque no habrá una buena cosecha hasta comienzos del próximo año.
"Estamos en una batalla contra el tiempo", añadió el diplomático, quien instó a la comunidad internacional a no rendirse ni dejarse vencer por la desesperanza y movilizar la ayuda que sea necesaria para hacer frente a esta crisis.
El Cuerno de África sufre una grave crisis humanitaria que afecta a más de 13 millones de personas por las escasas lluvias y los efectos del cambio climático, lo que en el caso de Somalia, donde se ha decretado el estado de hambruna, se ve agravado por el conflicto y la falta de un gobierno efectivo en el país.
Somalia vive una permanente guerra civil y carece de un Ejecutivo efectivo desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país en manos de señores de la guerra tribales, milicias islámicas y bandas de delincuentes armados.
La debilidad y el enfrentamiento entre las instituciones transitorias somalíes ha permitido a la milicia radical islámica de Al Shabab, vinculada a Al Qaeda, acrecentar su poder y su dominio territorial en los últimos años.
Ese grupo, que ha puesto repetidos impedimentos a la entrega de ayuda humanitaria ante la presente situación de hambruna en el país, pretende derrocar al Gobierno transitorio y establecer un estado musulmán de corte wahabí en el Cuerno de África.