Debido a la mala alimentación y el sedentarismo, cada vez son más los
niños que tienen colesterol alto. Algo muy riesgoso, dado que la
hipercolesterolemia aumenta la posibilidad de sufrir eventos cardiovasculares
precoces, además de incrementar el riesgo de sufrir un problema mayor a largo
plazo.
"Hace unos años no era habitual pedir un examen de
colesterol a un niño, tal como se hace en los exámenes de rutina de un
adulto. Sin embargo, esta realidad empezó a cambiar hace ya un tiempo", dice
Karla García, del programa de Obesidad Infanto-Juvenil de Sanatorio Diquecito de
la provincia de Córdoba, en la Argentina.
El criterio, entonces, es
buscar la hipercolesterolemia en los niños mayores de 2 años
cuyos padres tengan colesterol alto, así como también en los hijos de padres que
hayan tenido un evento coronario o cardiovascular antes de los 55 años.
También entran en la categoría de "susceptibles", los niños con
sobrepeso, obesidad, hipertensión arterial o diabetes", agrega García,
que además enfatiza el rol que cumple en este escenario el
sedentarismo.
Los chicos, afirmó la especialista, pasan cada vez más
horas frente a la pantalla. "Las alternativas digitales le ganan la
partida a las actividades que demandan esfuerzo físico", advierte.
Como informa www.neomundo.com.ar citando como fuente a Prosalud News,
la enfermedad cardiovascular es actualmente la primera causa de muerte a
nivel mundial y cada vez son más los niños que presentan un Índice de
Masa Corporal (IMC) muy por encima del nivel recomendado.
Según las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay 22
millones de niños menores de cinco años en todo el mundo que padecen
obesidad.
EFE