Un soldado chino falló una prueba con granadas durante un
entrenamiento y casi perdió la vida de no haber sido por la rapidez con
la que actuó su oficial al mando.
La prueba consistía en arrojar una granada de mano y protegerse en
una trinchera. Sin embargo, al arrojar la granada la estrelló frente a
un muro de tierra que la regresó hasta las cercanías del soldado y su oficial.
El recluta, quizá presa del pánico, se quedó agachado en la superficie y muy
cerca de la granada, pero el oficial, que se arrojó con prontitud a la
trinchera, logró sacar al soldado de la situación de peligro.
Con información de The
Daily Mail