El papa Benedicto XVI dijo hoy que el "gran pecado" de los hombres es actuar de
manera presuntuosa por sí solos, competir con Dios, intentar ocupar su puesto y
decidir lo que es bueno y malo, ser dueño de la vida y de la muerte.
Ante
varios miles de personas reunidas en la plaza de San Pedro del Vaticano, el
Pontífice pronunció el tradicional Mensaje de Navidad, en el que repasó la
situación en el mundo y pidió el cese de la violencia en Siria, "donde ya se ha
derramado demasiada sangre".
El Papa, de 84 años, aseguró que Jesús vino
al mundo para salvar al hombre de todos los tiempos, "que no sabe superar por sí
solo las dificultades y peligros y necesita poner su mano en otra más grande y
fuerte, una mano tendida hacia él desde lo alto".
"Jesús fue enviado por Dios para salvarnos de ese mal profundo, arraigado en el
hombre y en la historia, que es la separación de Dios, el presuntuoso orgullo de
actuar por sí solo, intentar competir con Dios y ocupar su puesto, decidir lo
que es bueno y es malo y ser el dueño de la vida y de la muerte", afirmó
Benedicto XVI.
GLOBOVISION