(AFP) – La Cámara de Representantes estadounidense aprobó este viernes
un acuerdo que evita el cierre de agencias federales, con una
votación a último momento de un plan por cerca de un billón de dólares para
financiar el funcionamiento del gobierno durante el año fiscal 2012.
Los representantes pasaron la resolución, que alcanza los 915.000 millones de
dólares, por 296 votos a favor y 121 en contra.
Los líderes de la Cámara de Representantes y del Senado alcanzaron un
acuerdo el jueves en la tarde con respecto a las medidas
presupuestarias para evitar el cierre de algunos servicios administrativos que
sería efectivo desde el viernes a medianoche.
El Senado acordó aprobar una extensión por dos meses de la exoneración de
aportes de los trabajadores y de los subsidios por desempleo, pero a cambio la
administración estadounidense tendrá que decidir rápidamente sobre un
proyecto de oleoducto entre Estados Unidos y Canadá, aplazado por el
mandatario para realizar más informes de impacto ambiental.
Tras el anuncio de la aprobación, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney,
no respondió a la pregunta de si el presidente Barack Obama iba en breve a
promulgar la ley, pero se dijo “animado” por la “cooperación que habíamos
observado de ambas partes”.
Las medidas propuestas por los republicanos de la Cámara representan un
ahorro de 31.000 millones de dólares con respecto al presupuesto
2011 y de 95.000 con respecto a 2010.
Sin embargo, este proyecto de ley de gran envergadura sigue siendo
controvertido, incluso entre los republicanos, algunos de los cuales votaron en
contra.
“Luego de semanas de difíciles negociaciones con nuestros aliados en el
Senado (…), llegamos a un compromiso bipartidista, bicameral que recorta
los presupuestos federales”, estimó el republicano Hal Rogers,
presidente de la comisión encargada de la distribución de los fondos
públicos
.
El acuerdo fue alcanzado luego de acaloradas negociaciones, debido a las
dificultades provocadas por cálculos electorales en anticipación de la elección
general de 2012 y una profunda división entre los partidos demócrata y
republicano.