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lunes, 19 de diciembre de 2011

Leopoldo López: “Venezuela tiene una adicción incontrolable a las importaciones”


El candidato a las elecciones primarias presidenciales de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Leopoldo López, en su columna de este lunes, afirmó que Venezuela tiene una “adicción incontrolable a las importaciones” que “destruye sistemáticamente nuestro aparato productivo”.

El exalcalde de Chacao aseguró que al Estado venezolano “no le importa la producción nacional”.

Dijo que de llegar a la presidencia de la República saneará la economía y garantizará la competencia, “para abatir la inflación que se devora nuestro sueldo” y promoverá la inversión productiva, “para generar millones de nuevos empleos de calidad”.

A continuación su columna titulada Hecho en Venezuela:
Durante una visita que realizamos a los fértiles llanos de Apure hace algunos meses, pudimos caminar por el casco central de San Fernando y encontrarnos con ese pueblo que vive la cruda realidad de la zona fronteriza: la inseguridad traducida en intranquilidad, pobreza, desempleo e informalidad. Una tierra llena de recursos y de gente trabajadora, pero seca por el abandono y la ineficacia de un Estado al que no le importa la producción nacional.
Uno de los graves síntomas de la enfermedad económica que padece Venezuela es una adicción incontrolable a las importaciones, que destruye sistemáticamente nuestro aparato productivo y roba a nuestros campesinos la posibilidad de labrarse un futuro seguro. En nuestra visita a San Fernando pude ver cómo los apureños tienen que comprar en el mercado y consumir carne empaquetada, producida en Nicaragua ¿Cómo es que en una zona ganadera por excelencia se consume carne importada?
Esta desaforada política de importaciones provoca la destrucción de millones de empleos formales, por el cierre de cientos de empresas venezolanas. Si a esto le sumamos los controles de precios, la burocracia y el control de cambio tenemos una economía deprimida, estancada y controlada que castiga a todos los venezolanos con dos efectos perversos: la escasez estructural de bienes de primera necesidad, y una espiral de inflación incontenible ante la incapacidad de responder a la demanda de los venezolanos.
Es hora de acabar con este círculo vicioso. Estoy comprometido con el sector nacional, y vamos a asegurar el desarrollo industrial y agropecuario para impulsar el empleo productivo. Levantaremos con orgullo la marca “Hecho en Venezuela” para ser un país de productores, emprendedores y exportadores. Fortaleceremos las relaciones comerciales con otros países, pero con un intercambio justo que beneficie a nuestros empresarios y comerciantes.
Vamos a impulsar el círculo virtuoso de la productividad: incentivar la generación de bienes y servicios, que hagan de la escasez un tema del pasado; sanear la economía y garantizar la competencia, para abatir la inflación que se devora nuestro sueldo; y promover la inversión productiva, para generar millones de nuevos empleos de calidad y bien remunerados. Esta es la fórmula del progreso con la marca “Hecho en Venezuela”.
El eje fundamental de nuestra estrategia es la consolidación de la seguridad, en todos los ámbitos. ¿Cómo garantizar la productividad sin reducir los niveles de violencia? Para incentivar el desarrollo comercial, industrial y turístico es esencial acabar con la delincuencia que somete a las fuerzas productivas en ciudades, pueblos y caseríos de todo el país.
Pero también tenemos que asegurar la estabilidad en las inversiones, dictar reglas de juego claras y defender con todos los recursos del Estado la integridad de la propiedad privada. Es imprescindible apuntalar la seguridad jurídica y brindar condiciones para la creación de nuevas empresas, pequeñas y grandes, nacionales y extranjeras, que generen millones de nuevos empleos productivos y de calidad.
Por delante tenemos un enorme desafío: transformar a Venezuela en un territorio seguro. Los que quieran acabar con la violencia, la inseguridad y la impunidad vengan conmigo a construir ese país de paz, bienestar y progreso que todos soñamos. Fuerza y fe, Venezuela.
Vía Prensa Leopoldo López