(AFP) – “Hemos estado un poco en el agua, un poco en cuatro patas y un
poco avanzando en la oscuridad”, dijo a la AFP Antonino Bileddu, quien se
sumergió en las entrañas del “Costa Concordia” en busca de personas
desaparecidas luego del naufragio ante el litoral italiano.
“Después de la inmersión, llegamos a la cubierta número 3 del barco y allí
encontramos de todo, objetos y hasta sofás que flotaban”, dijo
Bileddu.
Desde el naufragio ocurrido en la noche del viernes, socorristas,
buzos y hasta espeleólogos se turnan alrededor del navío sumergido por
la mitad.
Unas 28 personas son consideradas como desaparecidas, aunque
seis de los 11 cuerpos extraídos del navío aún no han podido ser
identificados.
“Ayer, hemos penetrado en el navío a través de una abertura
practicada por la marina militar en el casco y hemos examinado toda la
parte frontal del navío a partir del centro, incluyendo la sala de cine”, narró
Roberto Carminucci, un buzo y espeleólogo.
Carminucci hacía parte de un grupo de 18 hombres que poseen
la misma doble especialización, y tienen la tarea de recorrer la nave.
“Nos hemos sumergido tanto en el exterior como en el interior de la nave para
tratar de encontrar otras eventuales entradas” para tener acceso a zonas del
navío donde podría haber cuerpos de desaparecidos, dijo.
“Tenemos equipos muy especializados, tanto para el buceo
como para la espeleología. Por ejemplo, tenemos respiradores de circuito cerrado
para impedir las burbujas de aire, que crean turbulencias y afectan nuestra
visibilidad”, dijo.
Las operaciones alrededor del navío han sido suspendidas en la mañana del
miércoles después que se registraron movimientos del barco, y ahora todos los
socorristas aguardan autorización para retomar las inmersiones.
Según el vocero de los guardacostas italianos, Cosimo Nicastro, el programa
para este miércoles prevé, si las condiciones lo permiten, la apertura
de tres nuevos huecos en el casco con micro cargas explosivas para
acelerar las tareas de búsquedas en el interior del navío
Un pontón flotante se aproximaba lentamente del puerto después de navegar
alrededor del Concordia, transportando una inmensa grúa negra de unos 50
metros de altura.
Esta grúa, que pertenece a la compañía holandesa Smit Salvage, será utilizada
en el bombeo de las 2.400 toneladas de combustible que se
encuentra en el interior del navío, y apenas espera la llegada del resto del
material para iniciar esa operación.
“Tenemos un plan operacional que podemos iniciar rápidamente
y vamos a movilizar todos los medios necesarios para proceder a la operación de
bombeo”, dijo Filippo Marini, comandante de los guardacostas.
El crucero había zarpado el viernes a las 19H00 (18H00 GMT) de Civitavecchia,
cerca de Roma, y chocó contra una roca cerca de la Isla del
Giglio, en la costa de Toscana, antes de naufragar.