La actriz estadounidense Angelina Jolie acaparó todos los
flashes en la 62 edición de la Berlinale, adonde fue a defender su debut como
realizadora en "In The Land Of Blood And Honey".
Esta
historia de un amor imposible entre Daniel -serbio- y Ajla -bosnia- en pleno
conflicto armado en los Balcanes es, según su directora, "solo una
pequeña parte de lo que fue la guerra".
"Esto no es un
documental, es una interpretación (de lo que fue el conflicto). Hay muchas
historias diferentes que contar de esta guerra y muchas versiones
diferentes", declaró Jolie en una sala de prensa en la que no cabía ni
un alfiler.
Su objetivo, aseguró, era "contar esta
historia", la de las mujeres víctimas de abusos y violaciones en el
contexto de un conflicto armado, porque, afirmó, se sabe muy poco de esta
guerra.
La realizadora novel se defendió de las críticas relativas a una
visión unilateral del conflicto y señaló que "claro que hubo mujeres
violadas en todos los bandos". "La realidad es que una mujer
violada es demasiado", agregó.
En cuanto a las imágenes crudas
que hay a lo largo de la película, proyectada en la sección Berlinale Special
del festival, Jolie aludió a la "responsabilidad de enseñar a la gente
lo peor de la guerra".
"Lo más maravilloso es que todos
hemos aprendido de todos y nos hemos hecho amigos, son grandes artistas y ha
sido un privilegio" trabajar con ellos, dijo Jolie al hablar de las
personas implicadas en este proyecto, muchas de las cuales vivieron la guerra de
los Balcanes en primera persona.
Al mismo tiempo, afirmó que
"será muy duro hacer otra cosa" ahora que ya se ha estrenado
como directora y recordó que lleva dos años sin actuar, al tiempo que anunció
que su próxima aparición en la gran pantalla será en una película de
Disney.
"Encuentras formas diferentes de hacer que las cosas
importen", declaró al explicar el contraste entre la historia que acaba
de llevar al cine y las producciones de
Hollywood.
EFE