Pero, cuando se trata de Nicole Scherzinger, su presencia puede, y en efecto lo hace, opacar cualquier interés por otra cosa que no sea ella. Una figura sin igual, esa mirada profunda y el sensual garbo que la acompaña hicieron lo propio hoy en Mónaco donde se disputaba el Gran Premio para los corredores de la F1. Ella, de la mano de su novio, el piloto británico Lewis Hamilton, quien hoy quedó quinto en la carrera, anduvo por diversos espacios aledaños a la pista dejando a su paso una cadena de suspiros.
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