Su función es combatir células cancerígenas que se encuentra en nuestro organismo. De solo escuchar la palabra nos lleva al temor, al rechazo y a otros sentimientos. La quimioterapia o “quimio” como se le suele decir, es un tratamiento que usa una serie de medicamentos cuya finalidad es combatir y destruir las células cancerosas que atacan al organismo.
Este procedimiento puede utilizar un solo medicamento o una combinación de varios para que, juntos, tengan un mejor efecto y ataquen un mayor número de células malignas, así como evitar que el cáncer se vuelva resistente a una de las medicinas.
Entre los fármacos que cumplen esa función están los agentes alquilantes, antimetabolitos, antraciclinas, los alcaloides, los inhibidores de la topoisomerasa y otros agentes antitumorales
La quimioterapia está indicada usualmente para combatir el cáncer que se ha propagado a otras partes del cuerpo (metástasis) y también para desacelerar el crecimiento de tumores cancerígenos. Si bien este tratamiento mata células malignas también afecta a células sanas, sin embargo estas últimas se recuperan solas.
Los efectos de este tratamiento en algunas personas son náuseas, vómitos, modificación del olfato y del gusto, en ocasiones los alimentos que solían ser agradables se pueden tornar amargos solo por efectos de la “quimio”.
Dependiendo del tipo y magnitud del cáncer, la quimioterapia se usa para curar el cáncer, evitar que este se propague, matar células malignas, desacelerar el crecimiento de la neoplasia y aliviar los síntomas causados por la enfermedad.
Finalmente es el médico oncólogo quién determinará el tipo de quimioterapia que recibirá la persona afectada por el cáncer.