AFP) Los encierros de las fiestas de San Fermín, en Pamplona, dejaron este año un balance de 38 heridos, cuatro de ellos en el último recorrido del festejo, este sábado en las callejuelas de esta ciudad del norte de España.
Los cuatro hombres heridos el sábado fueron hospitalizados pero ninguno con lesiones graves, indicaron las autoridades sanitarias.
Dos hombres, uno de ellos un irlandés de 28 años, se cayeron y los otros dos se lesionaron respectivamente el hombro y la rodilla.
Miles de turistas y aficionados de todo el mundo se reúnen cada año en los balcones y en las calles para asistir al espectáculo o para correr delante de los astados hasta la plaza de toros de Pamplona.
En el último encierro de las fiestas, los mozos, vestidos de blanco y con el tradicional pañuelo rojo en el cuello, recorrieron 850 metros, algunos cayendo y resbalando y otros escondiéndose detrás de las barreras para escapar a las cornadas de los toros de media tonelada de peso.
Este año cuatro personas recibieron una cornada sin consecuencias graves: un jubilado de 73 años de Pamplona, dos británicos y un estadounidense. Los dos británicos, de 20 y 29 años, seguían hospitalizados este sábado pero sus vidas no están en peligro.
Sin embargo los encierros pueden ser mortales. Desde 1924 dejaron 15 muertos, el último en 2009, cuando un español de 27 años recibió una cornada en el cuello.
Cada año medio millón de visitantes participan en estas fiestas, las más conocidas de España, según las estimaciones del ayuntamiento de la ciudad, donde viven unas 200.000 personas.
Las fiestas de San Fermín fueron inmortalizadas por el escritor estadounidense Ernest Hemingway en su novela ‘Fiesta’ (‘The sun also rises) de 1926.