El español David Ferrer, vencedor en Bercy del primer Masters 1.000 de su carrera, aseguró que se quitó una espina al lograr un trofeo de esta categoría, que faltaba en su palmarés.
"Me he quitado una espina que tenía clavada. Llevaba cierto tiempo estando a rueda de los "top 10", había ganado bastantes títulos y no haber ganado nunca un Masters 1.000 me daba pena. Ya me he sacado ese peso de encima", aseguró.
Ferrer manifestó que dudaba, a sus 30 años, poder lograr alguno de los nueve torneos que están por debajo de los cuatro Grand Slam: "Sabía que con los cuatro mejores iba a ser muy complicado, que nunca lo iba a conseguir, pero por fortuna en este torneo se ha dado todo".
El español indicó que será difícil completar una temporada mejor que la que está haciendo. "Es difícil que dé un salto más, soy cinco del mundo, es el mejor momento de mi carrera y los cuatro primeros están a un nivel superior a los demás. Yo siempre intento mejorar mi juego, pero lo veo difícil", indicó.
Pese a la alegría especial que le ha supuesto su triunfo en Bercy, Ferrer indicó que los mejores momentos de su carrera los ha vivido en la Copa Davis. También confesó que le hubiera gustado ganar en tierra batida, su superficie preferida, donde disputó las finales de Roma en 2010 y Montecarlo en 2011, derrotado en ambos casos por Rafael Nadal.
"Nunca me hubiera esperado ganar un Masters 1.000 y menos en una pista cubierta tan rápida. Eso es bueno, porque significa que he mejorado mucho en mi juego, que me adapto bien a todas las superficies. Al final he ganado títulos más importantes en pista rápida que en tierra", dijo.
Ferrer tuvo palabras de alabanza para el joven Janowicz, que a sus casi 22 años se encaramó a la final procedente de la fase. "Si ha llegado a una final de un Masters 1.000quiere decir que tiene un gran futuro. Tiene un gran juego, será uno de los diez mejores del mundo, aunque en el tenis nunca se sabe", señaló.EFE