Reuters) – Los ajustes cambiarios en Venezuela podrían reducir desequilibrios fiscales y la necesidad de emitir deuda, pero su capacidad para ganar credibilidad crediticia estará limitada por las perspectivas de los ingresos petroleros y una economía en desaceleración, según un reporte de Fitch Ratings.
Venezuela lanzó un esperado sistema de subasta de divisas para oxigenar el constreñido flujo de moneda extranjera para importadores y empresarios privados y devaluó su moneda con el fin de incrementar los recursos estatales y reducir un creciente déficit fiscal.
Sin embargo, para la agencia calificadora, los ajustes estarán limitados por un reducido flujo de caja gubernamental dado un panorama limitado de aumento de los precios del petróleo, un descenso de sus reservas internacionales y retos derivados de cambios políticos.
“Las modificaciones en el control de cambio permiten a las autoridades prevenir la desestabilización de su balanza de pagos y favorecen la flexibilidad del financiamiento soberano frente a las presiones externas”, dijo Erich Arispe, director de Fitch para Latinoamérica, citado en un reporte difundido el jueves.
“No obstante, estos mecanismos han sido costosos en términos de crecimiento económico, mientras Venezuela parece estar atrapada en un panorama de alta inflación”, continuó.
La economía sufrió una desaceleración en el primer trimestre, con un crecimiento de un 0,7 por ciento que se compara con el 5,9 por ciento de los primeros tres meses de 2012, mientras que la inflación anualizada a junio repuntó cerca de un 40 por ciento.
Según Fitch, el estricto control de cambio como pilar de la política económica venezolana durante los últimos 10 años continúa afectando su credibilidad crediticia.
“Los ajustes han sido implementados lentamente y hasta ahora han fallado en mejorar la eficacia y transparencia del Gobierno en política cambiaria“, dijo la agencia.
En marzo la agencia calificó la deuda soberana a largo plazo de Venezuela en “B+” y con un panorama negativo.