La piscina instalada en el interior del Palau Sant Jordi de Barcelona, joya de los Juegos del 92 con capacidad para 12.000 personas, así como las pruebas que se desarrollarán en las aguas del puerto de Barcelona, serán los principales escenarios de unos Mundiales de Natación con sabor olímpico.
Cuatro millones de litros de agua, con tres mil kilos de peso por metro cuadrado, inundarán la piscina de competición instalada sobre el parqué del mítico pabellón, que acogerá el espectáculo inaugural y las pruebas de natación y sincronizada.
La piscina tendrá 50 metros de largo, 26 de ancho y tres de profundidad, un 55% más grande que la utilizada en el Mundial de hace una década, y permitirá tener diez calles para las series de natación, con 2,5 metros de ancho cada una.
Tras una instalación que ha necesitado un mes para terminarse, la piscina ha sido construida de manera que soporta ella su propio peso e incorpora un sistema antisísmico, con unas características que para la organización son "una obra maestra de la ingeniería", y que se complementa con otra piscina exterior de calentamiento.
El mágico simbolismo del pabellón construido por el japonés Arata Isozaki no será, sin embargo, el único escenario con recuerdo olímpico: la Piscina Municipal de Montjuïc otorgará el toque icónico a las competiciones de saltos.
En la memoria del mundo han quedado grabadas las imágenes de los saltadores sobrevolando el cielo barcelonés y fundiéndose con la Sagrada Familia y el 'skyline' barcelonés al fondo, en un recinto casi centenario situado a pocos minutos del Sant Jordi, con un aforo para 6.000 aficionados.
También situadas en el llamado Anillo Olímpico se encuentran las Piscinas Bernat Picornell, con una piscina exterior y capacidad para acoger 4.000 personas en los torneos de waterpolo.
Y de Barcelona vista desde su montaña olímpica a la urbe vivida desde el mar. El Moll de la Fusta, en el frente marítimo, celebrará las pruebas de aguas abiertas y saltos de gran altura.
El puerto barcelonés añadirá la pincelada mediterránea con un circuito de 2,5 kilómetros para las pruebas de 5 y 10 kilómetros, así como uno de 5 kilómetros para la de 25, que pasará junto al World Trace Center, la Porta de Europa (el puente portuario más largo del mundo), el centro comercial Maremàgnum y el Port Vell, en el inicio de las emblemáticas Ramblas.
Además, en la zona de meta, se ubicará también una torre de 27 metros para hombres y 18 para mujeres, para los saltos de gran altura, prueba que se disputará por primera vez en un Mundial.
En el global de equipamientos para el campeonato, se utilizarán cerca de 14.000 metros cuadrados de moqueta, 4.500 asientos temporales, más de 400 metros de pupitres para los 2.400 periodistas y fotógrafos acreditados, y cerca de un kilómetro de vallas.
Por otro lado, 26 clubes de la ciudad han puesto a disposición sus instalaciones como sedes de entrenamiento, entre ellos prestigiosas entidades como el CN Sant Andreu, el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat del Vallès, el CN Atlètic Barceloneta o el CN Barcelona, entre otros.
EFE