A cuatro meses de las presidenciales de noviembre, la derecha chilena se ha quedado sin candidato. El abanderado del sector, Pablo Longueira, que había triunfado en las primarias del pasado 30 de junio por un margen estrecho, ha renunciado a su candidatura argumentando una depresión diagnosticada médicamente, lo que ha causado un terremoto político en el oficialismo.
El encargado de dar la noticia fue uno de los hijos del candidato de la Unión Demócrata Independiente (UDI). “Ha tenido toda la atención médica necesaria y oportuna, pero hay momentos en la vida en que uno propone y Dios dispone. Frente a ello hay que tener la humildad de corazón para reconocer que hay dificultades que superan nuestras fuerzas, y la responsabilidad y generosidad con el país para entender que, sobre las personas, deben estar los ideales a los cuales queremos servir”, ha dicho Juan Pablo Longueira en una rueda de prensa. “De esta forma, nos vemos enfrentados a este doloroso e ineludible momento. Por su responsabilidad con Chile, con su Alianza política y su partido, nuestro padre ha presentado hoy su renuncia a su candidatura presidencial”.
La decisión ha sorprendido a la derecha chilena a cuatro meses de las presidenciales del 17 de noviembre, donde la expresidenta socialista Michelle Bachelet corre con una cómoda ventaja. En las primarias de centroizquierda de hace tres semanas, la exdirectora de ONU Mujeres obtuvo un 73% de las preferencias ante otros tres candidatos, lo que la dejó en una posición inmejorable para regresar al Gobierno en marzo de 2014.
Longueira, ex ministro de Economía del Gobierno de Sebastián Piñera, es militante de la Unión Demócrata Independiente (UDI), el partido de la derecha conservadora chilena y que en las últimas décadas ha ganado apoyo en sectores populares del país sudamericano. El lunes 29 de abril asumió la candidatura después de que el exministro Laurence Golborne, que ganó fama después del rescate de los 33 mineros, perdiera el apoyo del partido.
El político señaló entonces que en dos meses lograría imponerse en las internas oficialistas a su opositor de Renovación Nacional (RN), el exministro Andrés Allamand. El 30 de junio lo demostró en las urnas: obtuvo un 51,3% de las preferencias y se convirtió oficialmente en el abanderado de la derecha.
LA UDI y RN, pese a ser socios, han tenido una relación histórica llena de complejidades. Después del 30 de junio, ambos partidos inauguraron una nueva etapa de disputas públicas. La semana pasada, RN anunció un acuerdo inédito con la oposición para cambiar el sistema electoral. La noticia sorprendió a La Moneda, a Longueira y a la UDI, el partido que siempre se ha negado a reformar el binominal. El acuerdo obligó al presidente a anunciar su propio proyecto que comenzó a ser discutido esta semana en el Parlamento.
La renuncia de Longueira deja en un difícil pie a la derecha chilena, que entra en una carrera contra el tiempo para encontrar un candidato que pueda enfrentarse a Bachelet, la favorita. De acuerdo a la ley, el conglomerado queda en libertad de acción para nombrar a un nuevo abanderado. “El partido político, el pacto electoral y los partidos que lo integran quedarán liberados para designar sus candidatos, en forma individual o en pacto electoral (…) pudiendo en tal caso nominar acualquiera de los candidatos que participaron en la elección primaria, o a otra persona si así lo deciden”.
Una de las alternativas que se baraja es que asuma el excandidato de RN Allamand, pero este escenario es complejo debido a su enfrentamiento público después de la derrota con sus socios de la UDI. La derecha también estudia reponer la postulación de Golborne. El exministro, sin embargo, perdió el apoyo en la Alianza por haber omitido en su declaración patrimonial una sociedad en Islas Vírgenes y después de que la Corte Suprema condenara por prácticas abusivas a la empresa Cencosud en 2006, cuando el exministro de Minería era gerente general. La tercera alternativa es la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, que hace pocos meses anunció su retiro de la política