El presidente de Ucrania, Víctor Yanukóvich, parece haber vuelto a su táctica preferida para la resolución de conflictos, que consiste en estirar el tiempo como si fuera un elástico mientras espera que sus contrincantes, en este caso los manifestantes que durante más de dos meses piden su cese en la calle, acaben cansándose.
La táctica parece poco eficaz para obligar a tirar la toalla a quienes han estado tras las barricadas en la plaza de la Independencia y en los accesos a la sede del Gobierno en Kiev. Tampoco consigue tranquilizar a los mandos de Defensa, preocupados por el efecto que una escalada del conflicto pueda tener en la unidad del Estado. En el pasado, los mandos militares han repetido que no se involucrarán en la refriega.
Los altos mandos militares ucranios han exhortado al presidente Víctor Yanukóvich a que tome “medidas de inmediato” para estabilizar la situación en el país y restablecer la concordia social, según un comunicado del Ministerio de Defensa difundido este viernes.
“Los altos cargos y los funcionarios del Ministerio de Defensa apoyan al presidente de Ucrania en lo que se refiere a la necesidad de estabilizar la situación en el Estado”, señala el comunicado, que da cuenta de una reunión de la cúpula del departamento, el jueves, para debatir los acontecimientos en el país. En esa reunión los altos mandos y funcionarios de las Fuerzas Armadas escucharon al ministro de Defensa, Pavel Lébedev, y a los viceministros y expresaron “preocupación” sobre la “situación sociopolítica”.
“En palabras de los participantes, los sucesos que se desarrollan hoy en Ucrania no pueden no inquietar a la gente, porque afectan el futuro del país y de todos sus ciudadanos”, señala el texto, publicado en la página oficial del Ministerio. Los reunidos calificaron de “intolerable” la ocupación por la fuerza de instituciones oficiales y la obstaculización del trabajo de los representantes de los órganos de poder estatal y las administraciones locales. Subrayaron que “una ulterior escalada de la confrontación amenaza la integridad territorial de Ucrania”.
En este contexto, la cúpula del Ministerio de Defensa redactó un llamamiento al presidente de Ucrania, Víctor Yanukóvich, en tanto que comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, para que “en el marco de la legislación vigente tome medidas inmediatas para estabilizar la situación en el país y lograr la concordia social”. El presidente firmó este viernes una ley de amnistía para los detenidos durante los últimos días de protestas. Este documento es rechazado por la oposición y también por los ciudadanos que se consideran injustamente detenidos, que se sienten insultados por la amnistía, ya que esta los convierte en delincuentes perdonados.
La legislación ucrania no contempla el recurso al Ejército en conflictos sociales, pero este sí podría ser empleado en el caso de que se declarara el estado de excepción, que daría un amplio margen de maniobra al jefe del Estado. No obstante, el procedimiento legal para hacer efectivo el estado de excepción exige un llamamiento televisado en el que el presidente explique las causas y condiciones de la medida. Tras este llamamiento, hay un plazo de 24 horas para eliminar las causas del problema. Si estas no se eliminan, el presidente convocaría a la Rada Suprema para aprobar, por mayoría, la medida.
Hasta ahora, en Ucrania se han dado casos de estado de excepción territorialmente limitados para hacer frente a alguna catástrofe natural, pero no se ha registrado nunca un estado de excepción de carácter político.
El régimen de excepción permite limitar las libertades cívicas, cerrar las fronteras, crear nuevas unidades militares y reestructurar el Ejército. Hay síntomas de que podría haber tensiones entre los uniformados ucranios. Medios locales señalan que el Ministerio del Interior no está satisfecho de su grado de equipamiento y del número de sus efectivos y que el Ministerio de Defensa se habría negado a atender una solicitud del primero para que le prestara tropas con el fin de hacer frente a los manifestantes. El semanario Zerkalo Nedelii informa de que Interior ha pedido que le sean suministrados lanzallamas de producción rusa y otros artilugios utilizados por las unidades de defensa radiactiva, química y biológica, así como tropas de infantería rusas.
Tras el rechazo por parte de los manifestantes y de sus líderes a la ley de amnistía aprobada por el Parlamento el miércoles, las turbulencias que sacuden Ucrania han entrado en una nueva fase de incertidumbre y en lo que parece una tregua de hecho. Los líderes de la oposición se marcharon este viernes a Munich para participar en un foro sobre seguridad.
Allí, Arseni Yatseniuk, uno de los líderes opositores, calificó de “intimidación” las declaraciones de los militares de su país, informa Andrea Rizzi. El político, dirigente del partido de Yulia Timoshenko, se reunió en la capital bávara con la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, y tiene previsto entrevistarse este sábado con John Kerry.
Antes de marchar a Múnich, el exboxeador Vitali Klichkó acudió a la clínica a visitar a Serguéi Bulátov, activista del Automaidán, un movimiento de automovilistas que se dedican al escrache de altos cargos. Bulátov fue torturado, acuchillado e incluso crucificado, además de sufrir la amputación de una oreja. Casos como el suyo provocan una oleada de indignación entre los ciudadanos, que se sienten indefensos ante las actuaciones de bandas que muchos relacionan directa o indirectamente con las estructuras policiales y que algunos llaman ya los “batallones de la muerte”. Klichkó ha instado a los ciudadanos a unirse para patrullar por las calles de la ciudad al caer la noche.
Por su parte el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, aseguró este viernes que sigue la crisis política de Ucrania “con preocupación” e instó a que el Ejército de ese país, que consideró “altamente respetado”, permanezca “neutral” ante la situación. “Las fuerzas armadas de Ucrania son altamente respetadas y deben permanecer neutrales”, enfatizó Rasmussen en Twitter, donde también se mostró “muy preocupado por los intentos de involucrar a los militares en la crisis”.
En el Ministerio del Interior no están dispuestos a considerar a los manifestantes, ni a los amnistiados, como ciudadanos inocentes. En un comunicado sobre la ley de amnistía, el Ministerio ha manifestado que los detenidos en los desórdenes en Kiev “no son pacíficos ciudadanos, sino sospechosos de graves crímenes”.
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