Supera tu adicción a la cafeína y espera a acabar de comer para tomarte el primer café del día. En ese momento, tus niveles de adenosina (la sustancia química responsable de la sensación sueño) están tan elevados que pueden convertirte en un koala narcoléptico. Para obtener un efecto más duradero, opta por dosis pequeñas y regulares (tómate un par de solos a lo largo de la tarde).
2. Haz cinco minutos de ejercicios
No seas haragán y sal de la cama. El ejercicio matutino impulsará tu energía hasta el infinito y más allá (y puede doblar el número de calorías que quemes a lo largo del día). No hace falta que corras ocho kilómetros a las cinco de la mañana. Con cinco minutos es suficiente. Aprovéchalos para hacer algunas flexiones o unos saltos a la comba y elevar tu ritmo cardiaco.
3. Levántate y coge el teléfono
Y huye como del demonio de las frases tipo “¿te importa pasarme…?”. Mejor levántate y anda. Contribuirás a estirar los músculos tensos y lograrás que tu respiración sea más profunda y que la sangre renovada (rica en oxígeno) invada tu cerebro.
4. Aspira hondo
Según un estudio presentado recientemente por la Fundación para el Gusto y el Olfato de Chicago (EEUU), oler determinadas sustancias naturales provoca una descarga instantánea de energía en el organismo. Toma nota del Top 3: romero, menta y jengibre.
5. Acuéstate una hora antes
Según apuntan diversos estudios, dormir 60 minutos más equivale al excitante efecto provocado por dos tazas de café. Eso sí, este truco sólo funciona si te tienes que levantar temprano.
6. Duérmete en el sofá
Si ella te envía a dormir al sofá, dale las gracias. Una noche fuera de tu cama puede obrar maravillas y enviar al limbo a ese insomnio que lleva meses robándote energía. Además, según una reciente encuesta realizada por Ikea, 72% de los hombres afirma dormir mejor en el sofá que con su pareja.
7. Gimnasia y pijama
Un reciente estudio japonés ha demostrado que practicar ejercicio por la noche hace que al día siguiente el organismo se encuentre mucho más descansado. Los Investigadores han descubierto que hacer gimnasia cuando cae el sol aumenta los niveles de testosterona, una de las hormonas que influyen en la metabolización de la energía.
8. Bebe más agua
No te descubrimos la pólvora. La deshidratación acelera el cansancio, ya lo sabes. En cuanto te despiertes, y en ayunas,bébete un gran vaso de agua fresca.
9. Sáltate la última copa
De acuerdo, el alcohol te conduce rápidamente a lo que te puede parecer un plácido sueño. Pero, en tu interior, la cosa no está tan clara. Esa última copa interfiere en la fase REM, la del sueño profundo. Evita beber durante las tres horas previas a meterte en la cama (o de tirarte en el sofá).
10. Disfruta del desayuno
Mientras duermes, tu organismo sufre un descenso importante del nivel de glucosa en sangre. El depósito se vacía y hay que volverlo a llenar. “Desayuna una pieza de fruta o un zumo, que te aportarán fructosa, fibra e hidratos de carbono simples, un lácteo (un yogur o un vaso de leche), pan con aceite de oliva y embutido o huevos”, recomienda José Manuel Ávila, nutricionista de la Fundación Española de Nutrición. El embutido y los huevos te proporcionarán una buena dosis de proteínas. Diversos estudios han demostrado que desayunar correctamente (de forma que esta comida te aporte el 25 % de la energía que necesitas a lo largo del día) ayuda a reducir los índices de masa corporal.
11. Practica ejercicios a diario
Entrenar, correr, ir en bicicleta o nadar son actividades que te proporcionan un subidón natural, ya que liberas endorfinas, unas hormonas que refuerzan tu sistema inmunológico y mejoran tu estado de ánimo.
12. Tómate un tentempié
Incluso después de desayunar como un rey, en torno a las 10 y media de la mañana ya habrás utilizado la mayor parte del glucógeno acumulado. “Para recargar las pilas, lo ideal es comerse una barrita de cereales, que aporta hidratos de carbono complejos. Si aún tienes hambre, cómete una pieza de fruta”, señala Ávila. Eso sí, opta por barritas bajas en grasa y por frutas ricas en fructosa como la manzana o el plátano.
13. Haz amigos en el trabajo
Una reciente investigación llevada a cabo por expertos holandeses ha demostrado que la gente tímida e introvertida tiene más probabilidades de sentirse agotada que quienes son extrovertidos y sociables. Los científicos han descubierto que evitar la interacción con los compañeros de trabajo resulta agotador.
14. A remar
Tener una espalda y un torso fuertes te ayudará (además de a provocar suspiros) a realizar tus tareas con un esfuerzo menory, por lo tanto, a cansarte menos. Échale una mano a tu espalda y practica el remo. Eso sí, asegúrate de adoptar la postura correcta durante todo el ejercicio: mantén las rodillas ligeramente flexionadas y los tiradores justo por debajo del pecho.
15. Haz una siesta
Si te entra la “ñoña” después de comer, ríndete. “Disfrutar de una siesta corta, 20 minutos es lo ideal, te regenerará para rendir al máximo durante dos horas más”, afirma Joyce Walseben, una experta americana en trastornos del sueño. Pero olvídate del pijama: una siesta demasiado larga te haría caer en un sueño profundo y afectaría a la calidad de tu descanso nocturno.
16. Canta en la ducha
No importa que desafines, liberarás endorfinas, a menos que estés en la ducha de la cárcel y tu canción favorita sea YMCA de los Village People, claro.
17. Toma hierro
Controla tus niveles de hierro. Si son demasiado bajos, tu cuerpo no podrá crear hemoglobina (encargada de repartir oxígeno) y te sentirás siempre cansado.
18. Al trabajo con una sonrisa
Evita los malos rollos. “Intenta rodearte de personas que resuelvan problemas, en vez de traspasarlos para no asumir responsabilidades”, aconseja Jordi Fernández Castro, catedrático de psicología de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
19. Párate y respira hondo
“Cuando notes malestar o te sientas cansado, prueba a sentarte recto en la silla, con los hombros relajados, y estira los músculos del cuello arriba y abajo. Aspira profundamente contando hasta tres y exhala mientras cuentas hasta seis”, recomienda Fernández.
20. Come frutos secos
En cuanto el agotamiento haga acto de presencia, toma un buen puñado de frutos secos y pasas. Te proporcionarán una buena descarga de potasio (un mineral que tu organismo necesita para convertir el azúcar en energía) y de magnesio.
21. Ríete
No sólo ahuyentarás las penas, sino que activiarás el flujo sanguíneo y estarás más atento.
22. Busca el sol
En cuanto veas aparecer un rayo de sol, lánzate a por él cual lagarto friolero. Elevarás los niveles de serotonina, mejorará tu ánimo e incrementarás tu energía.
23. Colócate bien
Evita que la presión te hunda con este simple ejercicio: deja caer los hombros y lleva la barbilla hacia el pecho (notarás como tu cuello se estira ligeramente). Mantén la posición e inclina la cabeza suavemente, como si dijeras “sí”, pero sin doblarla demasiado. ¿Mejor?
24. Programa tu descanso
Por cada 50 minutos delante del ordenador, cinco minutos de relax. “Programar los descansos repercute beneficiosamente en la productividad”, asegura Fernández.
Fuente: msn.com