(AVN).- Fortalecer la imparcialidad y el equilibrio como actitudes fundamentales de la Organización de Estados Americanos (OEA) es el objetivo que impulsará Luis Almagro a partir de mayo, cuando asuma sus funciones como secretario general de dicha instancia.
“Tenemos que ser muy conscientes de los compromisos democráticos que debe tener la OEA, con la institucionalidad, el cumplimiento de los mandatos constitucionales otorgados por el pueblo y la más plena vigencia de los derechos humanos”, expresó Almagro en entrevista transmitida por Venezolana de Televisión desde Panamá, donde se realizan las actividades previas a la VII Cumbres de Las Américas en Panamá.
Precisó que al tomar la responsabilidad de dirigir las riendas de la instancia se ha trazado un par de metas básicas: “Darle a la OEA una credibilidad política cada vez más fuerte, es decir, que tenga la capacidad de involucrarse en los principales temas de la región, que tenga la posibilidad de ser global, logrando el posicionamiento conjunto de los países hemisféricos, a diferentes instancias de negociación internacionales”.
También es prioridad para Almagro “tratar de recobrar la confianza para que los países tengan a la organización como una referencia inmediata para resolver los principales temas”, dirección que ha seguido la OEA durante los últimos cinco años, convirtiéndose en “un espacio que los países han podido utilizar mejor para plantear nuestros temas, como lo hizo Ecuador, sobre el caso de Julian Assange (fundador de Wikileaks) y Argentina, sobre los Fondos Buitres”.
Para Almagro, estas acciones “quieren decir que la OEA puede ser utilizada para plantear los temas de forma eficaz, para atender los principales temas del continente”.
Asimismo, destacó la importancia de “darle a la OEA la sustentabilidad financiera y de gestión que permita ser más eficiente, esto implica modernizarla, tecnificarla, dándole nuevos instrumentos para darle más rendimiento a su trabajo”.
“La OEA no tiene que empezar juzgando a los países o condenándolos, porque eso hace más difícil restablecer instancias de diálogo en los países”, expresó Almagro, en referencia a actuaciones de décadas pasadas.
Prosiguió refiriéndose a la ambigua posición de la instancia ante el golpe de estado contra el presidente Hugo Chávez en 2002 y la expulsión de Cuba del Sistema Interamericano de Derechos Humanos en 1962, por órdenes de Estados Unidos.
Indicó que la actuación de la OEA en 2002, respecto a Venezuela, “es un estigma, una marca, incluso en la forma cómo se dirigió a las autoridades entrantes, al propio presidente Chávez,daba una sensación equivocada de lo que debe ser el respeto y el fortalecimiento de la institucionalidad del país”.
En cuanto al caso de Cuba, señaló que “es el error más grande que cometió la OEA. Cuántas décadas costó esto, Cuba todavía no ha ingresado y tenemos que generar una agenda política con el país para solucionar estos temas”.
Retos del continente
De cara a la VII Edición de la Cumbre de las Américas, la cual reunirá este viernes y sábado a los presidentes de 35 países del continente, Almagro apuntó que el principal reto de las naciones es la reducción de la desigualdad.
“Nuestros países han ganado muchísima soberanía en los últimos tiempos y deben tener otra actitud en las relaciones entre sí y con el resto del mundo”, expresó.
Acotó que “la equidad es una de las cosas que está faltando en este continente, que es el más desigual en el mundo, y aquellos que han propuesto cambios para tener hacer de sus países y sociedades cada vez más iguales han tenido que superar muchos obstáculos políticos, problemas y dificultades artificiales que se le fueron planteando en su proceso de cambio”.
Subrayó que “hay que fortalecer la dinámicas en las cuales generemos cada vez más derechos para cada vez más gente. Que otorguemos a las sociedades en general las mejores condiciones para el pleno goce de sus derechos, para que los ciudadanos de las américas estén cada vez más cercanos y más identificados el uno con el otro”.