Hillary Clinton pide la ciudadanía para los 11 millones de indocumentados
Hillary Clinton abrió este martes una amplia distancia de sus competidores republicanos por la presidencia. Al menos en cuanto a posiciones políticas se refiere. La aspirante demócrata respaldó la creación de una vía para que los 11 millones de indocumentados accedan a la ciudadanía estadounidense. Ninguno de los candidatos republicanos apoya una medida similar.
Clinton pidió “una vía completa e igualitaria a la ciudadanía” durante una visita al estado de Nevada, donde se reunió con estudiantes del Rancho High School. El centro escolar, donde siete de cada diez estudiantes son hispanos, es representativo de la influencia de la población latina del estado con una proporción más alta de sin papeles. Nevada ya demostró en 2008 su preferencia por la demócrata sobre Obama, entregándole dos de cada tres votos hispanos. Ocho años después, Clinton ha elegido Nevada para hacer su tercera parada en campaña, todo un reconocimiento a la importancia del voto hispano.
“No podemos esperar más”, dijo Clinton del acceso a la ciudadanía estadounidense para los indocumentados. “Ninguno de los candidatos apoya algo así, ninguno”. La ex secretaria de Estado defendió que esa reforma del sistema de inmigración es “necesaria” y la apuesta correcta para la economía. Al dar paso a los indocumentados con los que se reunió esta tarde en Nevada, reconoció que son “soñadores” en algo más que en el nombre. “Haré todo lo posible para lograr una reforma migratoria y crear una vía para la ciudadanía para vosotros y vuestras familias”.
Clinton justificó el apoyo a los indocumentados por razones económicas y porque coincide con los valores tradicionales estadounidenses, pero también “porque es lo correcto para la seguridad de nuestra nación a largo plazo”. También ha resuelto muy pronto -quedan más de 19 meses para las elecciones- la duda de si defenderá los decretos de Obama, pendientes en un limbo legal hasta que se resuelva una demanda presentada por varios gobernadores republicanos. “Lucharé contra los ataques partidistas que pueden poner a los ‘dreamers’ en riesgo de deportación”, afirmó, respondiendo a una de las preocupaciones de la comunidad hispana.La candidata demócrata utilizó en el evento de este martes el mismo formato que en ocasiones anteriores en Iowa y Nevada: una mesa redonda con ciudadanos que explican los efectos de las políticas estadounidenses a pie de calle. En este caso fue el turno de jóvenes indocumentados. Algunos son graduados universitarios que no pueden ejercer su profesión por falta de papeles. Otros se han beneficiado de los decretos de Obama que cancelaron su deportación, pero temen quedar separados de sus padres por una orden de deportación pendiente.
La candidata demócrata ya había defendido antes las medidas migratorias aprobadas por Obama el pasado mes de noviembre, pero nunca había ido tan lejos.
En 2008 titubeó en un debate cuando le preguntaron si estaba a favor de otorgar permisos de conducir a indocumentados y finalmente dijo que no. El verano pasado, durante la crisis que llevó a cerca de 50.000 inmigrantes, muchos de ellos menores no acompañados, hasta la frontera sur de EE UU, Clinton hizo unas duras declaraciones en las que dijo que “por el hecho de que los niños lleguen a la frontera no quiere decir que puedan quedarse”. Esto provocó una protesta en un acto público de Clinton por parte de miembros de United We Dream, una de las organizaciones que desde hace varios años pide medidas para jóvenes indocumentados.
Sin embargo, aquellas declaraciones siguen estando lejos de las ideas defendidas por los candidatos republicanos, que necesitarán del voto hispano para disputar la presidencia a cualquier aspirante demócrata. Clinton coincide además con la mayoría de los estadounidenses respaldan a regularización de los indocumentados -un 57%, según una encuesta reciente de la cadena NBC-, pero el asunto sigue marcando una profunda división entre demócratas y republicanos.
Marco Rubio formó parte del grupo de senadores republicanos que en 2013 impulsaron con los demócratas la última ley de reforma migratoria en el Senado. La Cámara de Representantes nunca votó su ratificación -Clinton dijo este martes que “habría salido adelante”- y en pocos meses Rubio pasó de coincidir con el presidente Obama a favor del cambio legislativo que incluía una vía para la ciudadanía a declararse en contra de cualquier regularización hasta que no esté garantizada la seguridad en la frontera con México.Jeb Bush es, de todos los conservadores, el que puede presumir de posturas más cercanas a los intereses hispanos. El exgobernador de Florida ha defendido en el pasado el acceso a la ciudadanía para los sin papeles, pero en los últimos meses ha matizado esta postura y sólo respalda un “estatus legal”, es decir, la residencia legal sin nacionalidad estadounidense.
Ted Cruz, por su parte, rechaza directamente cualquier vía de regularización de indocumentados y no se pronunció al respecto durante el anuncio de su candidatura. Aunque lo haya evitado hasta ahora, el candidato republicano se cruzará de nuevo con la inmigración ya que las medidas para resolver la situación de los 11 millones de indocumentados volverán a protagonizar el ciclo electoral de 2016, como ya lo hicieron en 2012 y 2018.
El Partido Republicano es el único que puede presumir de contar con dos candidatos de origen hispano, Rubio y Cruz, y un tercero, Jeb Bush, que todavía no ha formalizado su candidatura, pero sí ha defendido los intereses hispanos a lo largo de su carrera política. Aún así, ninguno de los tres cuenta con una página web en español dedicada al electorado latino. Clinton, por el contrario, la publicó el día que lanzó su candidatura.
Este martes, la aspirante que parte con más ventaja entre el electorado hispano les ha lanzado un mensaje claro. También les acusa de querer crear un grupo de ciudadanos legales, aunque carentes de plenos derechos. “Ningún candidato republicano ha respaldado consistentemente la creación de una vía para la ciudadanía”, aseguró Clinton. “Cuando hablan de ‘estatus legal’ están usando un eufemismo que quiere decir ‘ciudadano de segunda clase’”.EL PAIS