En uno de los discursos más esperados de esta Asamblea General de Naciones Unidas, el presidente de China, Xi Jinping, que participó por primera vez en el debate anual, apeló al diálogo y a la formación de nuevas relaciones internacionales donde los países se traten mutuamente como iguales.
"La ley de la jungla deja a los débiles a merced de los fuertes. Esa no es manera para que los países establezcan sus relaciones. Aquellos que recurran a la fuerza se darán cuenta de que sólo están levantando una roca que se caerá sobre sus propios pies. Debemos abandonar la mentalidad de la Guerra Fría y fomentar una nueva visión de seguridad sostenible", sostuvo.
Xi Jinping reafirmó su compromiso con la paz, asegurando que los sueños del pueblo chino son los mismos del resto del mundo y que la realización de ese sueño conllevará más oportunidades y contribuirá a la paz.
"Independientemente de cómo evolucione el panorama internacional y lo fuerte que se vuelva China, nunca buscará la expansión territorial ni aumentar su influencia", dijo.
El presidente del gigante asiático anunció que donará 1.000 millones de dólares al fondo de trabajo sobre la paz y el desarrollo que administra la ONU. Además, China establecerá un escuadrón de policía permanente para situaciones de emergencia formado por 8.000 uniformados. También brindará 100 millones de dólares en asistencia militar para los próximos cinco años a las tropas de paz en África.