Un grupo de investigadores de la Universidad de la República (Udelar) de Uruguay estudia las propiedades medicinales del cannabis y prepara la inclusión de una disciplina específica sobre el tema para integrar en el programa curricular del curso de medicina a partir del año que viene.
Este equipo busca comprobar los beneficios de los componentes de la marihuana en el tratamiento del dolor, náuseas y vómitos, epilepsia, Parkinson, falta de apetito, anorexia causada por quimioterapia o en pacientes con VIH, entre otras enfermedades y síntomas, además de averiguar posibles maleficios.
"La idea es hacer el análisis químico de la mayor cantidad posible de plantas y tener un banco de datos en donde podamos correlacionar el genotipo con el quimiotipo y con el perfil metabológico y así hacer la selección para los distintos ensayos biológicos", señala el químico Carlos García.
El grupo, compuesto por investigadores vinculados especialmente a las facultades de medicina y química, está registrado en el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (Ircca), conforme exige la ley que reglamenta la producción y el mercado de compraventa de la marihuana, aprobada a finales de 2013 en Uruguay.
De acuerdo con García, ya hay "conversaciones" para que, en una etapa más avanzada del proyecto de investigación, se hagan "ensayos clínicos en pacientes humanos".
"La hipótesis de trabajo es, con base en el conocimiento popular y tradicional, guiarnos a ver si hay evidencias de que esos efectos son reales, o sea, buscar las bases fisiológicas por las cuales se obtienen esos efectos", explicó el neurocientífico Atilio Falconi, de la facultad de medicina, quien también integra el grupo.
Según completó, hay variantes o cepas que tienden a levantar más la energía y otras que lo hacen a calmar o producir más sueño.
"¿Qué diferencias hay entre esas variantes que hacen que en unos casos me despierte más y en otros me produzca más sueño? ¿Qué porcentajes hay de los distintos componentes de esos fitocannabinoides que me proporcionan un efecto u otro?", se planteó.
Más allá de los resultados para aprovechar los componentes de la marihuana en el área medicinal,el genetista Burix Mechoso remarcó la importancia del banco de datos para permitir rastrear los tipos de planta cultivados en el país.
"Permite hacer la trazabilidad desde el punto de vista molecular. Es decir, esta planta tiene este perfil, entonces tengo cómo saber si aquella que está cruzando la frontera es esta que se cultivó en el predio de producción para la farmacia porque yo tengo los marcadores genéticos que la definen como tal", ejemplificó.
En ese sentido, los académicos aclararon que si bien brindan asesoría a los organismos estatales responsables de la aplicación de la ley, el Ircca tendrá su propio laboratorio de análisis a efectos de mantener el control del Estado sobre la producción de la marihuana en el país.
La iniciativa de los expertos de la Udelar también fomentará investigaciones de maestrías y doctorados que, a su vez, contribuirán a los propios estudios del grupo.
Para el año que viene se prevé la implementación de una disciplina en el currículum universitario, con vistas a formar las nuevas generaciones de médicos en la utilización del cannabis a través de fármacos que, en un futuro, podrán ser producidos en Uruguay, de acuerdo con los resultados de las investigaciones actuales.
Por ahora, el grupo realiza pruebas con levaduras y componentes de flores de plantas obtenidas a través de gestiones con clubes cannábicos, que son una suerte de cooperativas debidamente registradas para el cultivo colectivo de marihuana por un número limitado de personas que la consume de forma recreativa.
EFE