La nueva ley de extranjería danesa, que permite confiscaciones a refugiadospara costear su estancia y limita la reagrupación familiar, es considerada un "robo" y una "falta de respeto" por quienes han solicitado asilo en este país.
La polémica reforma legal, aprobada el pasado día 26 de enero por el Parlamento danés con el apoyo de cinco fuerzas políticas que suman casi tres cuartas partes de la Cámara, ha generado amplias críticas dentro y fuera de Dinamarca, desde organizaciones no gubernamentales y la ONU, al mundo del arte y la cultura.
La controversia obligó al Gobierno liberal a cambiar dos veces el punto más controvertido, el de las confiscaciones, que, tras dos reformas, excluye objetos "de valor afectivo especial" y triplica hasta 10.000 coronas (1.340 euros) el valor mínimo de otras pertenencias y de dinero en efectivo a partir del cual la policía puede actuar.
Pero las modificaciones de la "ley de las joyas", como ha sido bautizada por los medios daneses, no han acallado las críticas sobre una práctica que también usan Suiza y varios estados federados alemanes, tampoco las de los afectados.
La nueva reforma legal aumenta de uno a tres años el plazo para acceder a la reagrupación familiar, una norma que el propio Gobierno ha admitido que podría violar las convenciones europeas."Son malas noticias. Es una ley muy dura. En el fondo no es muy distinto a lo que pasa en mi país, allí la policía también te quita cosas cuando llegas", explica a Efe Nasrullah Haidari, procedente de Afganistán y que lleva seis años en Dinamarca, donde ha conseguido el estatus de refugiado.
Haidari se pregunta por qué un país rico como Dinamarca tiene que recurrir a medidas de ese tipo y concluye con que "no tiene respeto por la gente". EFE