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jueves, 4 de febrero de 2016

Europa crece pero teme los riesgos globales

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici, en el Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia)
La retahíla de riesgos que acechan a la economía mundial es de tal magnitud que conviene empezar por las buenas noticias. El PIB de la eurozona acelerará suavemente este año, hasta el 1,7%, y en 2017, hasta el 1,9%. Fin del optimismo: esas tasas son bajas tanto desde una perspectiva histórica como en comparación con otras economías avanzadas. Se combinan con tasas de paro que seguirán por encima del 10% dos años más, el doble que en EE UU. Y esa “suave recuperación”, según los adjetivos de la Comisión Europea, está “cerdada por grandes riesgos y nuevos desafíos”, tanto en casa como fuera.

Los vientos de cola (hundimiento del petróleo, abaratamiento del euro por la política monetaria del BCE) han dado un ligero empujón al PIB europeo, “pero las perspectivas están condicionadas a riesgos externos y domésticos cada vez mayores”, reza el Informe de invierno.
China es la madre de todos los riesgos: Bruselas considera que el “aterrizaje suave” –que recuerda peligrosamente al complaciente diagnóstico sobre la burbuja española antes de la crisis—puede convertirse en algo peor por el nerviosismo en los mercados, el contagio a otras economías emergentes, el cambio en la política monetaria de Estados Unidos, las tensiones geopolíticas, los efectos del desplome de las materias primas y una letanía tan extensa de problemas que haría falta una sábana de matrimonio para resumirlos aquí.

Una cosa sí ha cambiado: por primera vez, la Comisión Europea pone negro sobre blanco que la política fiscal europea “apoyará la recuperación este año”, ante la necesidad de gastar por la llegada de centenares de miles de refugiados. En casa, los riesgos también han aumentado: el principal es una crisis política motivada por la gestión de la crisis migratoria y de seguridad, según el análisis de Marco Buti, director general de Asuntos Económicos y Financieros de la Comisión Europea.Cambio en la política fiscal

Schengen está en el alero. “Los principales riesgos, tanto externa como internamente, con políticos”, subraya. Bruselas apunta de nuevo a la posibilidad de que vuelva la crisis en Grecia, aunque hay también otros focos a los que el informe presta menos atención: Portugal, Italia y la incertidumbre política española.
También hay incertidumbres por la paralización de la agenda de reformas y por la debilidad en la inversión. “Los riesgos globales requieren un reequilibrio en Europa a favor de la demanda doméstica, en particular en la inversión”, dice un Buti con un mensaje que recuerda vagamente a Keynes. Bruselas envía así un telegrama a Berlín y se alinea claramente con el jefe del BCE, Mario Draghi
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