La Comisión Europea prevé que España siga creciendo en 2016 a buen ritmo, un 2,8%, y algo menos en 2017, 2,5%. Pero ve un serio peligro para su economía. "Los riesgos a la baja para la previsión de crecimiento proceden principalmente de la incertidumbre que rodea la formación de un nuevo Gobierno", apunta el informe con las previsiones económicas de invierno, adelantadas hoy por EL PAÍS, y que presentaba hoy el comisario Pierre Moscovici.
"La espera política será también la espera para los agentes económicos y eso es un riesgo. Y eso es lo que nosotros subrayamos. Pero sin dar opinión. Porque no tenemos preferencias [sobre quien debe gobernar]. Pero la vida política pesa sobre los agentes económicos y eso es una incertidumbre", ha abundado Moscovici en la rueda de prensa de presentación de las cifras, celebrada en Bruselas a las 11 de la mañana.
No es la primera vez que Bruselas advierte de los problemas que la incertidumbre política puede provocar en la economía española. Una frase similar al informe de previsiones que se ha conocido hoy aparece en el primer borrador del informe España 2016, que se presentará a finales de este mes y que este diario adelantó la semana pasada. “Las dificultades para formar Gobierno podrían desacelerar la agenda de reformas y provocar una pérdida de confianza y un deterioro del sentimiento del mercado", dice ese otro informe.Además de la advertencia, en la presentación de este informe el comisario francés ya ha puesto deberes al próximo Ejecutivo, cuando se constituya: "Para cumplir con la normativa del Pacto [de Estabilidad y Crecimiento], hará falta que llegado el momento se tomen medidas de ajuste". Las medidas necesarias, ha dicho "siguen haciendo falta, y tendrá que tomarlas no el Gobierno de la última legislatura, sino el que salga de la negociación actual", ha señalado. "Nuestras perspectivas son justas, exactas y se tienen que tomar seriamente", ha insistido.
La economía española crecerá el 2,8% en 2016 y el 2,5% en 2017, por encima de la eurozona, que registra avances cercanos al 2%. Pero el PIB español está aún un 4% por debajo de los niveles anteriores a la crisis. Si no hay sorpresas desagradables, podría cerrar esa brecha en 2017, prácticamente una década después del estallido de la Gran Recesión. Para entonces, el desempleo seguirá rozando el 19%, a años luz de las cifras anteriores a la Gran Crisis.
El empuje del petróleo barato
Aun así, la mejora del empleo y la confianza y el desplome del petróleo explican la notable recuperación española, con la demanda interna como principal motor. Bruselas apunta que las exportaciones resisten pese a la incertidumbre internacional, y aun así el sector exterior restará al crecimiento este año y será neutral el próximo: la promesa de una dolorosa devaluación interna para permitir una salida de la crisis vía sector exterior se diluye como la arena de playa en las manos de un niño.
El modelo de crecimiento no ha cambiado tanto: la inversión en bienes de equipo se desacelerará en los dos próximos años, mientras que la inversión en construcción se recupera modestamente en 2016 y ganará fuerza a partir del año próximo.
Ese es el cuadro macroeconómico, marcado por un crecimiento "robusto" aunque ligeramente a la baja, según Bruselas, y por la media docena de incertidumbres que no aparecen en ese pronóstico, desde el miedo a un jaleo en China hasta el perjuicio que supondría para España la aparición de problemas en América Latina, con dudas aún en Grecia (en plena huelga por la reforma de pensiones), en Portugal (con dudas en su banca y la necesidad de un nuevo ajuste) y sobre todo en Italia, que ha cerrado su crisis bancaria pero solo por el momento.
Vulnerabilidades de España
España tiene aún grandes vulnerabilidades: la deuda (privada, pública y externa), un paro que pese a la creación de empleo estará alrededor del 19% en 2017 (solo por detrás de Grecia) y sobre todo, a ojos de Bruselas, una posición fiscal muy frágil si de veras viene un nuevo capítulo de la crisis.
La Comisión apunta que los últimos datos mensuales respecto al déficit no suponen buenas noticias: las cifras de octubre muestran aumentos del déficit "en todos los niveles de Gobierno salvo el local". Pese a las rebajas fiscales previas a las elecciones, el comportamiento de los ingresos es bueno. Pero el gasto público creció con rapidez en la segunda mitad de 2015, en los meses inmediatamente anteriores a los comicios, con "notables incrementos en el consumo y la inversión pública".
Bruselas, en fin, prevé un déficit para 2015 del 4,8% del PIB, una décima más de lo previsto en otoño. Eso supone una desviación de seis décimas respecto al objetivo, unos 6.000 millones de euros, e incumplir por cuarta vez en cuatro años de Gobierno del PP.
Para 2016, el déficit será del 3,6% del PIB, ocho décimas por encima de lo acordado: eso dejaría al Gobierno entrante con la papeleta de recortar en torno a 9.000 millones de euros si Bruselas aplica estrictamente las reglas o exponerse a la posibilidad de (improbables) sanciones. "Hay riesgos para el déficit por la incertidumbre respecto al gasto público, en primer lugar en las comunidades autónomas", señala el informe.
La deuda pública sigue el alza, también en contra de lo que ha ido diciendo el Gobierno en las últimas semanas. El endeudamiento cerró 23015 en el 110,7% del PIB, Seguirá creciendo este año, hasta el 101,2%. Y solo iniciará un ligero descenso en 2017, aún por encima de esa cifra mágica del 100% del PIB.
EL PAIS