La ministra del Interior de Austria, Johanna Mikl-Leitner, ha anunciado que en los próximos días se introducirá un "tope diario" a la entrada de refugiados en el país, después de que el Gobierno ya haya establecido limitaciones anuales a las solicitudes de asilo.
"En diez días vamos a introducir cuotas diarias fijas y orientadas a nuestra capacidad. Si lo quieren llamar así: un tope diario", declaró la ministra conservadora al periódico Kurier.
El número de personas que se aceptará todavía no está definido y la ministra lo dará a conocer poco antes de introducirse ese tope, que tendrá en cuenta los alojamientos disponibles, la capacidad policial y los refugiados que asuma Alemania, informa la radio pública ORF citando a fuentes de Interior.
El Gobierno austríaco formado por socialdemócratas y conservadores ha endurecido las políticas sobre refugiados y en enero puso un límite de 37.500 solicitudes de asilo para este año, comparado con las 90.000 recibidas en 2015.
En total, hasta 2019 el país no dará asilo a más de 127.500 personas y se pretende endurecer las condiciones de reagrupamiento familiar y algunos beneficios sociales, así como limitar el asilo al tiempo que dure el conflicto o la situación que llevó a los refugiados a huir de su país.
El pasado fin de semana el Gobierno anunció planes para deportar a 50.000 personas cuya solicitud de asilo sea denegada hasta el año 2019 y para agilizar las repatriaciones se utilizarán aviones militares Hércules.
Para acelerar los procedimientos el Gobierno va a declarar países seguros a Marruecos, Argelia y Túnez, cuyos nacionales recibirán respuesta a sus peticiones de asilo en un procedimiento abreviado de diez días y, en caso de ser negativa, serán repatriados.
El ministro de Exteriores, Sebastian Kurz, propuso hoy en una entrevista con la radio púbica recortar la ayuda europea al desarrollo a los países que no acepten la repatriación de sus nacionales con solicitudes de asilo rechazadas.
Kurz aseguró que algunos países, como Pakistán, tiene acuerdos de repatriación con la Unión Europea (UE) pero se niegan a aceptar la devolución de sus ciudadanos, y urgió a establecer reglas claras de repatriación con Marruecos y Argelia.
Según el ministro, los 11.000 millones de euros que la UE gasta cada año en cooperación al desarrollo deben ser un argumento en las negociaciones y en el cumplimiento de los acuerdos de repatriación.
El Ejecutivo austríaco de gran coalición está presionado por el aumento de la intención de voto del ultraderechista Partido Liberal (FPÖ), que en las encuestas aparece como la primera opción con más del 30 % de los apoyos.EFE