Claire Crawford, una joven de 17 años, instaló el pánico en un partido de vóley juvenil al desplomarse repentinamente producto de un paro cardiaco.
"¡Llamen al 911!", se escuchó decir a un entrenador. "¡Rápido, traigan el desfibrilador!", agregó.
Por fortuna para Claire, el personal de su escuela había sido entrenado para hacer resucitación cardiopulmonar y lograron salvarle la vida.
"Cuando me desperté vi a todo el mundo sobre mí", dijo la adolescente tras el incidente. "Antes de desplomarme sentí un dolor intenso en mi brazo izquierdo y luego caí", añadió.
Los padres de Claire aún no comprenden por qué su hija sufrió un ataque cardiaco. Y es que ella no solo es muy joven, sino que nunca se han detectado problemas cardiacos y no hay historial de estas enfermedades en su familia.