(AFP) – Los opositores llamaron a los sirios a la “desobediencia civil” y denunciaron la muerte de seis personas el domingo por la represión del régimen, que mantiene sus fuerzas desplegadas en Damasco, un día después de manifestaciones sin precedentes en la capital.
Tras registrar sus primeros “mártires” en Damasco, la oposición intentaba ampliar la movilización en la capital, donde el gobierno ya había desplegado fuerzas de seguridad que inspeccionaban a fondo Mazé, el estratégico barrio de Damasco donde tuvieron lugar las manifestaciones del sábado.
Hasta el sábado, en la capital siria había habido más manifestaciones favorables al régimen que concentraciones opositoras.
En el plano diplomático, Egipto decidió el domingo retirar a su embajador en Siria, donde la represión continúa pese a las presiones internacionales, anunció el ministerio egipcio de Relaciones Exteriores.
Egipto había instado el miércoles a “un cambio pacífico y real” en Siria, y al cese inmediato de la violencia contra los civiles, aunque rechazó una intervención militar en el país.
La Liga Árabe decidió la semana pasada dar su apoyo político y material a la oposición siria, y pedir al Consejo de Seguridad la formación de una fuerza conjunta ONU-árabes para poner fin a la violencia en Siria.
Militantes opositores pronosticaron “manifestaciones multitudinarias” este domingo en Damasco, pese a que la nieve tiene paralizada a una parte del país.
“La sangre de los mártires nos insta a la desobediencia civil”, escribieron militantes de la oposición en su página de Facebook “Syrian Revolution 2011″.
Según el opositor Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), con sede en Gran Bretaña, seis personas murieron en las primeras horas del domingo en Siria (sin contar Damasco).
En la capital, “importantes fuerzas de seguridad estaban desplegadas en Mazé”, estimaron fuentes opositoras.
Para el OSDH, el sábado, “entre 15.000 y 20.000 personas” habían participado en las exequias de los manifestantes muertos el viernes en Mazé, en una ceremonia que se transformó en una manifestación contra el régimen de Asad.
Mazé alberga numerosas embajadas, edificios gubernamentales y de servicios de seguridad.
“Esperamos que el mártir de hoy alimente la revuelta en Damasco, como ocurrió hace un año con el primer mártir en Deraa”, cuna de la contestación en el sur, afirmó el sábado a la AFP Rami Abdel Rahman, quien dirige el OSDH.
Para Agnès Levallois, especialista de Oriente Medio radicada en París, “creemos desde el comienzo que el día en que haya grandes manifestaciones en Damasco y en Alep (la segunda ciudad del país) será el comienzo del final del régimen”.
“El muro del miedo ha caído de verdad”, incluso en Damasco, “el lugar más protegido de Siria”, asegura, y estima que la ofensiva sangrienta contra la ciudad rebelde de Homs (centro) ha sido decisiva para que “muchos sirios que dudaban se unan a la contestación”.
También el sábado, el viceministro chino de Relaciones Exteriores Zhai Jun, de visita en Damasco, pidió “al gobierno, a la oposición y a los hombres armados que cesen de inmediato los actos de violencia”.
China y Rusia vetaron, en dos ocasiones, resoluciones de la ONU que condenaban la represión del régimen, que dejó miles de muertos en los 11 últimos meses, según militantes de los derechos humanos.
Ignorando las condenas de la comunidad internacional, Asad reiteró el sábado que la crisis en Siria tenía como finalidad “dividir al país, asestar un golpe a su posición geopolítica y a su papel histórico en la región”.