Esta primera misión de prueba de la cápsula Dragon, creada por la empresa privada SpaceX, es crucial para Estados Unidos, porque el año pasado la NASA puso fin a la era de sus transbordadores, que hicieron parte fundamental de la construcción, el abastecimiento y las rotaciones de tripulantes en la Estación Espacial Internacional (EEI).
Desde entonces el cambio de tripulaciones y el acarreo de suministros para los seis astronautas que habitualmente residen en la EEI, que orbita a unos 385 kilómetros de la Tierra, había quedado en manos de Rusia.
La NASA otorgó a SpaceX un contrato por 1.600 millones de dólares para una docena de misiones de naves no tripuladas con la tarea de reabastecer a la EEI.
EFE