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lunes, 28 de mayo de 2012

El yogur aumenta el tamaño de los testículos


El pasado verano, un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) se propuso corroborar los efectos del yogur para evitar el aumento de peso.


Explica V.I. en 'La Razón' que las conclusiones de los experimentos en ratones dejaron sorprendidos a los expertos: había efectos, sí, pero centrados sobre todo en los testículos. Y no en el sentido esperado, ya que eran más grandes de lo habitual.



Un estudio asombroso 



El equipo de investigadores del MIT, dirigido por el biólogo de cáncer Erdman Susan y el genetista evolutivo Eric Alm quiso replicar en ratones los resultados obtenidos por la Escuela de Harvard de Salud Pública, que había sugerido que el yogur, más que cualquier otro alimento, contribuía a evitar el aumento de edad relacionado con la edad.



Para ello, tomaron un grupo de 40 ratones macho y 40 ratones hembra.



A un parte de ellos les dieron una dieta alta en grasas y baja en fibras y nutrientes, similar a la “comida basura” a la que tan aficionados son muchos humanos, y a otro grupo su dieta normal.



A continuación, a la mitad de ellos le completaron el menú con yogures de sabor vainilla.



Según la información publicada por la revista Scientific American, la publicación de divulgación científica más antigua de Estados Unidos, la investigación pretendía comprender cómo una dieta probiótica afectaba a las tasas de obesidad y cuáles eran sus complicaciones relacionadas, incluyendo el cáncer.



"Los aspectos más entretenidos de todo esto son cosas que no anticipamos".



Un 15% más grandes



Según Scientific American, en primer lugar los científicos notaron que los ratones que comían yogur tenían un color más brillante, con una piel un 10 por ciento más sedosa y exuberante.



Pero la verdadera sorpresa llegó al observar los efectos en los ratones macho: sus testículos se proyectaron "hacia afuera", dando a los animales lo que los investigadores calificaron de "arrogancia de ratón".



Después de hacer las correspondientes mediciones, comprobaron que los testículos de aquellos ejemplares que habían ingerido yogur eran aproximadamente un cinco por ciento más pesados que los de los ratones alimentados con dietas típicas, y hasta un 15 por ciento más voluminosos en los ratones que habían tomado "comida basura".



Y mucho más importante aún. Los ratones con los testículos más grandes por los efectos del yogur inseminaron a las hembras más rápido y tuvieron más descendencia.



Las hembras que habían tomado este producto dieron a luz camadas más numerosas y destetaron a las crías con más éxito.



Según Erdman y Alm, esto sólo puede llevar a pensar que los microbios probióticos del yogur ayudan a potenciar la fecundidad, y puede tener una proyección importante en los seres humanos.


PERIODISTA DIGITAL