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viernes, 9 de noviembre de 2012

Herencia digital: una novedosa manera de dejar las claves de tus cuentas personales


(Berlín, 09 de noviembre – dpa).- Antes de su muerte, el abuelo tenía todo previsto: quién heredaba su casa, quién al gato y quién la colección de discos. En cambio, hace algunos años había descubierto el mundo de Internet y la computadora, pero en el testamento no se dice nada al respecto. ¿Qué hacer entonces?
Las notebook y las computadoras ya no son un tema ajeno a las personas de mayor edad. Según cálculos de la asociación alemana Bitkom, en los países desarrollados un 33 por ciento de los mayores de 65 años usan Internet, e incluso un 14 por ciento están en las redes sociales.
La mayoría no piensa sin embargo en qué ocurre tras la muerte, lo que obliga a sus familiares a buscar las palabras clave para entrar en las cuentas de mail, las redes sociales y otros servicios de Internet. Por eso se recomienda que, en vida, las personas dejen escrito dónde están las claves o se las pasen a una persona de confianza o a un notario.
Cuando no es así, la herencia digital se vuelve algo un poco laborioso. Por ejemplo, cuando facebook es informado de que uno de sus miembros ha muerto, la red social lo comprueba de la forma más rápida posible, pero para eso necesita como mínimo el certificado de defunción.
Si la familia así lo quiere, la cuenta se cierra, aunque también es posible dejarla en un estatus especial en memoria de la persona.
Algunas empresas proveedoras de e-mail envían una carta al usuario si la cuenta permanece inactiva durante seis meses, explica Oliver Pitzschel, de la firma 1&1 Internet, administradora del proveedor GMX. “Si no hay respuesta, la cuenta pasa a estar inactiva y se borran todos los correos y los datos”.También en el caso de Google hay que hacer una serie de trámites, pues la empresa da acceso a los familiares después de una serie de “comprobaciones detalladas y un extenso procedimiento”, subraya el portavoz de la firma Stefan Keuchel. Hay que enviar una solicitud junto con otros documentos a Estados Unidos, entre ellos una traducción compulsada del certificado de defunción. Este papel es necesario también para borrar las cuentas y los datos.
Si una persona quiere anular el contrato sin tener acceso a la cuenta, solamente necesita el certificado de defunción. Si en cambio sí quiere acceder, tiene que demostrar que es el heredero legítimo.
“En cualquier caso nunca damos las palabras clave, porque no las conocemos“, afirma Pitzschel. El interesado recibe un acceso por única vez a la cuenta y puede cambiar el password, seguir usando la cuenta o borrarla.
El testamento virtual no se puede dejar sencillamente como texto escrito y grabado en el escritorio de la computadora, porque a nivel legal no tendría ninguna validez, alerta Helmut Redeker, abogado especializado en tecnologías de la información. “Aquí también rige el derecho de herencia clásico, y por eso el testamento no puede ser escrito en la computadora, impreso y firmado, sino que tiene que estar escrito a mano o estar autentificado por un notario”.
El abogado Redecker coincide: “Ante la duda lo mejor es darle las claves a una persona de confianza, porque además las empresas también pueden desaparecer”.También hay empresas que ofrecen guardar claves importantes o documentos para el caso de muerte, pero Bitkom es escéptica ante esta posibilidad. “Los usuarios tienen que pensar muy bien si quieren dejarle a una compañía la colección de datos tan sensibles”, afirma el portavoz Maurice Shahd.
Quien no se atreva a bucear solo en la herencia digital de otro, puede buscar ayuda. “Nosotros miramos si hay que eliminar un anuncio o si un objeto del fallecido que estaba a la venta en una plataforma de subastas ha encontrado comprador”, señala la teóloga Birgit Aurelia Janetzky, que se ha especializado con su firma Semno en servicios relacionados con la herencia digital. “Cuando se trata de investigar o borrar los datos necesitamos un certificado de que se es el heredero legal”, explica.
Una búsqueda puede arrojar además eventualmente informaciones desagradables, por ejemplo imágenes o mails que prueben la existencia de un affaire extramatrimonial. “No quiero conmocionar a nadie, pero si encuentro algo delicado intento hablar con el familiar”, señala Janetzky. “Sea lo que sea, los parientes tienen que aprender a vivir con ello”.