Varios investigadores lograron descifrar el mecanismo de fijación de la insulina en su receptor celular, comparable a "un apretón de manos molecular", un descubrimiento que podría ser crucial para millones de diabéticos en el mundo.
Esos trabajos publicados este jueves en la revista Nature permiten conocer mejor el funcionamiento de la insulina, la hormona encargada de retener el azúcar contenido en la sangre para transformarlo en energía.
Al establecer un modelo de la hormona fijada en su receptor (una proteína) gracias a un acelerador de partículas, "nosotros mostramos que la insulina y su receptor se modifican gracias a una interacción", destacó Mike Lawrence, profesor asociado del Walter and Eliza Hall Institute de Melbourne.
"Un trozo de insulina se despliega y las partes fundamentales del receptor van al encuentro de la hormona de insulina. Eso se puede llamar 'un apretón de manos molecular'", explicó.
Su laboratorio permitió este descubrimiento, en asociación con la Case Western Reserve University de Cleveland (Ohio), la Universidad de Chicago, la Universidad de York (Gran Bretaña) y el Instituto de Química Orgánica y de Bioquímica de Praga.
"Ahora podemos utilizar esos conocimientos para elaborar nuevos tratamientos con insulina más eficaces", agregó Lawrence.
Millones de enfermos pueden por ejemplo esperar una importante mejora de su calidad de vida gracias al fin de las inyecciones cotidianas.
También permite la esperanza de que en los países emergentes se podrá producir una insulina más estable que resista a temperaturas elevadas sin refrigeración, así como para los enfermos de Alzheimer y de ciertos tipos de cáncer asociados a la resistencia de insulina.
La destrucción de células beta productoras de insulina conduce a la diabetes de tipo 1, mientras que la perturbación de su funcionamiento provoca la forma más corriente de la enfermedad, la diabetes de tipo 2 (DT2).
La diabetes DT2 afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, 32 millones de los cuales están en Europa y 3 millones en Francia. Esta cifra podría duplicarse en los próximos años debido a la epidemia de obsesidad y las formas de vida sedentaria acompañados de una alimentación demasiado rica en grasas y glúcidos.
Ciertos factores genéticos también puede favorecer su aparición.
"Nosotros todavía no tenemos un tratamiento para la diabetes, pero descubrimientos como el de la fijación de la insulina nos dan la esperanza de estar más cerca", declaró Nicola Stokes, del Consejo Australiano de la Diabetes.
La diabetes es una enfermedad silenciosa: cuando aparecen las señales (sed, necesidad frecuente de orinar, tasa de azúcar en la sangre muy elevada), la enfermedad evoluciona desde hace muchos años. Durante ese período, el deterioro de los órganos ya comenzó.
La diabetes, a menudo asociada a la hipertensión y al colesterol, expone a un riesgo mayor de un infarto cardíaco y de ataque cerebral. También es una causa de diálisis, amputación y ceguera.AFP