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sábado, 26 de octubre de 2013

Miles de feligreses reciben la bendición de la Virgen de Chiquinquirá en su tradicional bajada

 La Virgen de Chiquinquirá, patrona de los zulianos, inició su tradicional bajada para reencontrarse con su pueblo, que año a año espera el último sábado de octubre para tenerla más cerca.
La Misa de Eucaristía en honor a la Chiquinquirá reunió la fe y esperanza de los zulianos.
Asimismo, al ritmo de la gaita, La Chinita descendió de su trono en los hombros de los Servidores de María para dar su bendición a más de 20 mil feligreses que asisten a la celebración.
La rampa donde es desplazada la Virgen mide 63 metros. Se prevé que el recorrido dure entre 35 y 45 minutos hasta la tarima.
Estas festividades están enmarcadas en el Cuarto Congreso Americano Misionero, cuyo lema es “Virgen María, Madre y Reina de las Misiones”.

De paseo junto a la feligresía

El cronista gaitero León Magno Montiel indicó que la Bajada de la Virgen simboliza la unión del pueblo en la fe, en el amor a María la Virgen en la advocación de Chiquinquirá. “Ella es la madre celestial de todos los zulianos y es la que nos une”, subrayó.
Eduardo Morales, fundador del grupo musical Quinto Criollo y director de Acción Intercultural y Etnología de la secretaría de Cultura de la Gobernación, explicó que la simbología más importante de este evento es que la Virgen está en el cielo y baja a tierra zuliana a compartir, a mezclarse, a humanizarse con el pueblo que la venera.
“Ella viene, se mezcla con nosotros y se va a pasear por las calles y por el Lago. Va a un barrio, va a las calles, a los pueblos de agua”, dijo Morales, quien destacó que existe una emoción entre los zulianos por recibir los pasquines para conocer si la Chinita pasa por el frente o muy cerca de la casa en su recorrido. “Hay que estar allí para sentirlo, para cantarlo y para llorarlo”, acotó.
Ana Teresa Urdaneta, fiel creyente de la Chinita, manifestó que “en Maracaibo el día de la bajada de la Chiquinquirá es especial, porque los corazones buenos se multiplican en oración por las bendiciones que trae la Virgen de parte de su hijo”.
“Tengo 66 años y desde que tengo uso de razón voy a acompañarla en su bajada hasta las orillas del Lago, para que recorra los pueblos de agua y otros municipios; en su procesión el 18 de noviembre y en la procesión de la aurora, cuando sube de nuevo a su trono”, expuso Urdaneta, quien estará en la Plazoleta de la Basílica desde las 2:00 de la tarde de este sábado para esperar a la madre de Dios.