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sábado, 26 de octubre de 2013

EEUU sigue enfrentando una tarea "enorme" por las consecuencias del huracán Sandy

EEUU sigue enfrentando una tarea Estados Unidos enfrenta aún una enorme tarea para reparar los daños por 60.000 millones de dólares provocados un año atrás por el huracán Sandy, mientras busca protegerse de una mejor manera de nuevos desastres meteorológicos. 

Sandy, uno de los huracanes más costosos de la historia estadounidense, arrasó la costa este del país afectando a 24 estados, en particular Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut (noreste), con un saldo de más de 200 muertos. 

El huracán llegó a Nueva York el 29 de octubre por la noche provocando un daño sin precedentes. El sur de Manhattan quedó sin luz durante una semana y la ciudad, una de las capitales financieras del mundo, se vio paralizada.


El metro quedó inundado, miles de vuelos tuvieron que ser cancelados y al menos 650.000 hogares estuvieron sin energía eléctrica, en algunos casos durante semanas. Hospitales y escuelas también se vieron afectados, así como el suministro de combustible a raíz de los daños en las refinerías. 

Ante la magnitud del desastre, el Congreso estadounidense aprobó un paquete de ayuda por 60.000 millones de dólares, pero la burocracia, retrasos y cuestiones vinculadas con los seguros han hecho difícil que ese dinero llegue a las numerosas víctimas. 

Si bien la respuesta ha sido en parte muy buena, en algunos segmentos es patética, según Steven Cohen, profesor en práctica de administración pública de la Universidad de Columbia en Nueva York. 

"La mejor parte fue la respuesta de emergencia, la protección de la gente y el reestablecimiento del sistema de metro de la ciudad de Nueva York lo más rápido posible", indicó. 

"La peor parte ha sido la burocracia y la política que rodea la reconstrucción, el hecho de que llevó meses lograr que el paquete de ayuda fuese aprobado por el Congreso", agregó. 

Cohen pidió un aumento de los impuestos, por ejemplo en la gasolina, para crear un fondo que pueda ser utilizado para este tipo de catástrofes naturales, cuya recurrencia es cada vez mayor. 

"Vamos a ver tormentas más fuertes, un nivel del mar más alto y tenemos que encontrar maneras de absorber el agua", señaló. 

El desafío de un enfoque regional 

Muchos expertos han destacado el plan presentado por el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, con recomendaciones para mejorar la resistencia de la infraestructura de la ciudad, con gastos previstos por 19.000 millones de dólares. 

Pero algunos piden un enfoque más regional que coordine las tareas de recuperación en las áreas más afectadas y no sólo en zonas pudientes, como Manhattan. 

"El trabajo que tenemos delante nuestro es enorme", dijo en ese sentido Illya Azaroff, un responsable del Instituto estadounidense de Arquitectos para el Diseño de Riesgo y Recuperación. 

"Nueva York se está moviendo en la buena dirección. Es el cuadro más grande lo que representa nuestro próximo desafío", sostuvo. 

Los propietarios de viviendas dañadas todavía no saben cómo obtener los fondos disponibles ni cómo utilizarlos del mejor modo, y para ello es necesario un enfoque regional. 

"Estamos mejor educados acerca de hacia dónde necesitamos ir, pero hay tantas dificultades sobre cómo reconstruir mejor si usted es propietario de una vivienda", indicó. 

En Oakwood Beach, Staten Island (sur de Nueva York), que sufrió daños terribles y donde tres personas murieron en una misma calle, los vecinos decidieron vender sus casas al estado, que convertirá el área en una zona tapón para proteger mejor el interior de la isla. 

Joe Tirone, un vocero de la comunidad, señaló a la AFP que 184 de 185 propietarios aceptaron la propuesta del estado de Nueva York de comprarles la casa al valor previo a Sandy más un 10% de incentivo. 

"Hay muy pocos alquileres, la gente ha vivido aquí durante décadas", indicó, al referirse a una de las condiciones del programa, diseñado para beneficiar a personas del barrio y no a inversores inmobiliarios. 

Pero no todos quieren mudarse, ni todos reciben ofertas tan atractivas. 

En Midland Avenue, no muy lejos de Oakwood Beach, el terreno donde se levantaba la casa de Aiman Youssef está ocupado desde hace meses por una gran tienda de campaña y es la sede de un centro de ayuda creado por este hombre poco después del huracán. 

Youssef, un sirio de 43 años, no sólo perdió su vivienda, donde vivía junto a su madre y su sobrino, sino también el negocio de electrónica que funcionaba en ella, y desde hace diez meses se aloja en un hotel cercano pagado con fondos gubernamentales. 

"Antes de Sandy éste era un barrio de clase media. Ahora es pobre", graficó.EFE