Prensa Mintur).- Hace exactamente 200 años, en la lucha por nuestra libertad, la República se gana un feroz enemigo realista: José Tomás Boves; quien logra convertirse en un cruel caudillo llanero. Por su parte, Bolívar intenta detener estas hordas invasoras oponiéndoles un gran número de tropas, pero llega la trágica batalla de La Puerta y tres mil de sus soldados son acuchillados sin misericordia.
La catástrofe parecía inminente. Nada parecía detener a Boves, que arrastraba todo a su paso, incendiando centenares de aldeas, sembrando el terror y haciendo temblar la tierra. Bolívar echa a andar un nuevo plan de ataque y defensa, pone a prueba el patriotismo y convoca a todo aquel que sepa manejar un fusil para que se haga soldado.
El General José Félix Ribas también acude al llamado y se presta a organizar un ejército para avanzar hasta los Valles de Aragua; o como escribió Eduardo Blanco:
“En tres años de lucha, Caracas había ofrendado toda la sangre de sus hijos al insaciable vampiro de la guerra. Hallábase extenuada, sin hombres que aprontar a la defensa de su invadido territorio. Al reclamo de la patria en peligro solo había podido ofrecerle sus más caras esperanzas: los alumnos de su universidad”. (Venezuela Heroica, 1959)
Es así como el ejército que logra reclutar Ribas no estaba compuesto, en su mayoría, por expertos militares; sino por inexpertos jóvenes seminaristas de la Universidad de Caracas (hoy Universidad Central de Venezuela) que asistieron para defender la naciente república.
A las 7 de la mañana, el 12 de febrero de 1814, las márgenes del río de Villa de Cura y las montañas que dominan la ciudad deLa Victoria se cubren del mando enemigo.
El lado republicano se prepara para la resistencia y ante la proximidad de Boves, José Félix Ribas se dirige a sus tropas con palabras que quedarán para la historia:
“Soldados: lo que tanto hemos deseado se realizará hoy: he ahí a Boves. Cinco veces mayor es el ejército que trae a combatirnos; pero aún me parece escaso para disputarnos la victoria. Defendéis del furor de los tiranos la vida de vuestros hijos, el honor de vuestras esposas, el suelo de la patria; mostradles vuestra omnipotencia. En esta jornada que será memorable, ni aun podemos optar entre vencer o morir: ¡necesario es vencer! ¡Viva la República!
Se combate cuerpo a cuerpo. El puñal y el sable vibran ensangrentados. Al caer la tarde, la batalla no se había decidido por ninguno de los dos bandos. Cuando la pelea empeoraba, los patriotas reciben un refuerzo de 220 soldados a cargo de Vicente Campo Elías. Horas después, los realistas se retiraron del enfrentamiento.
Ese día, nuestros mil 500 jóvenes, inexpertos en el uso del fusil pero armados de coraje, se llenaron de gloria cuando vencieron a tropas que les doblaban en número y sellaron la historia a favor de la libertad.
Razón por la que el 10 de febrero de 1947, la Asamblea Constituyente decretó celebrar cada aniversario de la batalla como el Día de la Juventud, en honor a los jóvenes que lograron esta importante victoria. En la plaza principal de La Victoria, existente hoy en día, hay un grupo escultórico inaugurado en 1895, y elaborado por Eloy Palacios, que representa a Ribas dando indicaciones a unos jóvenes sobre el manejo de un fusil.
La batalla en el presente
Hoy, seguimos siendo fieles a la tradición patriótica. Hoy, debemos encauzar toda nuestra creatividad, insurgencia y rebeldía en el compromiso que los nuevos tiempos exigen. Debemos convertirnos en la vanguardia. Hoy, la tarea sigue siendo la defensa dela Patria, pero sin armas, esta vez con ideas.
Es así como, luego de al menos tres meses de preparación, 650 estudiantes que hacen vida en el estado Aragua, participarán en el desfile cívico-militar y la Gran Movilización de la Juventud en la avenida Bicentenaria; al tiempo que harán una escenificación de los momentos trascendentales de la Batalla de La Victoria de 1814.
Durante este día serán inauguradas varias obras de envergadura como el monumento de La Juventud, en el cual estará situado el monolito de José Félix Ribas, que contará con caminerías de concreto para los visitantes y otra de tierra para aquellas personas que prefieren hacer deporte.
¡Visita el Casco histórico de La Victoria en su bicentenario y camina sus calles impregnadas de historias independentistas!