El Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, participó hoy en el debate sobre la conformación de las nuevas relaciones transatlánticas durante la presentación del documento “Una Nueva Comunidad Atlántica: generar crecimiento, desarrollo humano y seguridad en el Hemisferio Atlántico”, elaborado por los líderes de la Iniciativa Cuenca del Atlántico, que promueve la Universidad estadounidense “Johns Hopkins”.
El evento, que tuvo lugar en la sede de la Universidad Johns Hopkins en Washington, DC, contó con la participación del ex Presidente del gobierno español y líder de esta iniciativa del Centro de Relaciones Transatlánticas de dicha entidad educativa, José María Aznar; el ex Presidente del Banco Mundial y ex Subsecretario de Defensa de Estados Unidos Paul Wolfowitz; el Director del Programa de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Johns Hopkins, Riordan Roett; el Embajador de la Unión Europea en los Estados Unidos, Joao Vale de Almeida; y la fundadora del UN Millenium Campaign, Eveline Herfkens.
En su ponencia el Secretario General Insulza resaltó los objetivos de la Iniciativa Cuenca del Atlántico, así como su visión de apoyar el crecimiento sustentable, el desarrollo humano y la seguridad en los países a ambas orillas del océano. Sin embargo, expresó que existen algunas preocupaciones que deben ser consideradas para aprovechar al máximo el potencial de dicho emprendimiento.
En el primer punto de su análisis, el Secretario General Insulza aludió a la importancia de promover un “mega bloque” de naciones Atlánticas que no sea percibido como una competencia o rivalidad con otros bloques, sino que, por el contrario, anime a la inclusión y responda adecuadamente a las realidades y necesidades económicas, humanas y de desarrollo de los países que lo componen, con una mirada amplia e inclusiva de la globalización. “Debemos comprender la importancia de orientar la creación de estos mega bloques para promover la globalización y no para promover la competencia o división, lo cual seria muy perjudicial principalmente para los países en desarrollo de la Cuenca Atlántica”, afirmó, y comentó que el proyecto en sí mismo debe ser visto como un camino hacia un mundo más integrado y globalizado.
El líder de la institución hemisférica también aludió a la importancia de analizar cómo desarrollar en el Espacio Atlántico nuevas formas de cooperación para enfrentar los desafíos que trae consigo el nuevo siglo en términos económicos, ambientales y de seguridad y, cómo “adaptar la institucionalidad de la integración regional y de las relaciones transatlánticas para sustentar este espacio renovado de cooperación”.
En su alocución en la Universidad Johns Hopkins, el Secretario General Insulza valoró la diversidad en términos de crecimiento y desarrollo de los países que conforman la Comunidad Atlántica, y consideró de gran importancia encontrar un balance en términos de inclusión, liderazgo y participación entre el Norte y el Sur en ambos lados del Atlántico. Ese balance, afirmó, no existe en la actualidad, pese a que la mayoría de Países Miembros de la OEA están ubicados en el lado Atlántico del Hemisferio y a que su rol y participación son decisivos para el éxito de un proyecto de alta envergadura como es la redefinición de las relaciones del espacio Atlántico.
“El caso más claro que tenemos del desbalance en dicha dinámica es el caso de las negociaciones comerciales entre Canadá y la Unión Europea, y entre los Estados Unidos y la Unión Europea, las cuales han sido mucho mas significativas que aquellas entre el Mercosur y la Unión Europea, que se están negociando hace 17 años”. “Se trata de un desbalance al que debemos poner atención para lograr mayor inclusividad”, afirmó, y llamó a la creación de un foro de diálogo en donde los principales actores de los países desarrollados y en desarrollo participen para alcanzar consensos e iniciativas comunes a toda la región.
Finalmente, el Secretario General Insulza insistió en la importancia de forjar las relaciones de la dinámica Sur-Sur y las relaciones intra regionales, para lograr ampliar el beneficio de las iniciativas de cooperación a nivel de bloques. “Debemos evitar la percepción de que se ha creado una competencia de bloques, tenemos países que forman parte tanto del Pacífico como del Atlántico, y ver la integración de ambos grupos como un beneficio nos permitirá crear comunidades más fuertes en el ámbito mundial”, concluyó.
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